viernes, 12 de diciembre de 2008

hacia el bañero de Banfield

(Ya en el Estadio Tomás A. Ducó): ---Buenas, vengo de parte de Kindi, un amigo. Ando buscando al señor Tordelli, ¿dónde lo encuentro?

Las respuestas no las transcribo porque fueron todas las mismas y puedo resumirlas como “burdas evasivas”. Todo el personal del club, cada mozo de los bares aledaños..., no hubo persona que confesase conocer a Tordelli. Incluso los amigos de Kindi, ¡los propios amigos de Kindi! Todos, sin excepción, entraron en un no sabe, no contesta. Se tendió, por lo tanto, frente a mi deseoso saber Tordelliano, un manto. El propio estadio, a medida que pasaban los minutos y la noche avanzaba, se hundió en una neblina insondable –la situación me recordó unos de mis dibujitos preferidos de chico: Scooby Doo-. Mi cuerpo, mi ser tan étereo, también se resintió; y empecé a tener como un pico de tensión que me obligaba a un resultado inmediato: quería encontrar un detalle de Tordelli en ese estadio. Y me puse tan ansioso que decidí ir a un baño lamentable que tienen en el propio estadio, uno con las previsibles inscripciones a favor de Globo. Y mientras me echaba agua en la cara sentí un temblor en mis piernas. El piso cimbraba. La explicación de ese fenómeno la escuché de boca del propio Tordelli tiempo después. No debería adelantarme en mi relato pero me adelanto. Fue Tordelli el que después me explicó que abajo del Ducó hay un centro energético impresionante y que mi ser no era ajeno a eso. El problema es que ese centro está obstruido por tensiones que ni él ni otros desentrañan. Al menos esa es la explicación que me dio cuando le pregunté por qué Huracán no gana. Existen otros puntos energéticos a lo largo de la ciudad, según me dijo: uno está en la costanera (exactamente en “los Años Locos”, hoy Aquellos Años); otro está en el Kavanagh y hay uno en Lomas de Zamora, en la pileta del Club Banfield; un lugar que supo ciudar una persona de escaso metro sesenta que en la vida de Tordelli y en la de todos nosotros tendría un lugar preponderante: Chuky, -E. A. D.-. ¿Saben de quién hablo? Por supuesto que sí.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

ahhhhhhhhhhhhh llego shoki!!!!!!

ayer;

carinios
a

Anónimo dijo...

te cuento que tengo un malambo ahorita mismo,todavia,importante.
carinios
a

Anónimo dijo...

no puedo creer la llegada de shoki
y si te hablo de eje energetico tomas a duco y uritorco?
carinios
a

Anónimo dijo...

hay que hacer un eje contra las ratas
bata de ser voluntades dispersas
unamonos y se matan
pero se matan
se rematan
esas ratas
carinios
a

Anónimo dijo...

que bueno que borraron esa palabrita que habia que poner,era un muy matarratas
toy pensando una buena idea
carinios
a

Anónimo dijo...

en cualquier momento se cruza a avellaneda y busca a severo arcángelo.
leopoldo.

Anónimo dijo...

che, el bañero es Eduardo Alberto. Eduardo Luis es el de los derechos humanos.

Lucas Videla dijo...

gracias anónimo: se corrigen las iniciales de don chuky

EmmaPeel dijo...

Son como los epicentros de opez, pero al revés (caballito-belgrano encabezan)

Un silencio que ni los perros rompen

    Pediste ser escuchado por quien  permanece en un silencio  que ni los perros rompen.