viernes, 27 de abril de 2012

La historia del arte es la historia de la política y a mí me pican los mandatos

Es raro cuando te das cuenta de que la mayoría de la gente responde a una suerte de arquetipo y que, al fin y al cabo, según parece, uno es, por sobre todas las cosas, lo que puede ser en el tiempo y espacio que le toca vivir más allá de cualquier originalidad. Más raro todavía es advertir que la mayoría de las acciones que emprendemos, de una manera u otra, se inscriben en determinados esquemas de poder, y que en verdad las ideas sólo son motores de esas dinámicas. Te pasa cuando vas a un acto político, saltás en la cancha; o cuando te aferras a una imagen deseada y la perseguís con denuedo por años y, cuando ves que todo es un verso y perdés la ilusión -y valiente pensás en vivir sin todo eso-, te quedás girando en el aire y exhausto te tiras en el suelo y, con la vista fija en las nubes que pasan, te relajás y disfrutás, más allá de cualquier nombre o valor, del entorno monumental.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sí, luquis.

un abrazo, amigo.

Lucas Videla dijo...

Oui, sí, abrazo!

inés dijo...

sí, puede ser un verso pero los necesitamos a los versos .. no es fácil dejarse llevar por la nada

Un silencio que ni los perros rompen

    Pediste ser escuchado por quien  permanece en un silencio  que ni los perros rompen.