¿Los animales van al cielo?, pregunta
mi hija y los animales afloran
para recordarme cosas. Hay panteras que saltan
con la intención de tomar vuelo, y cascadas
que bajan con peces brillantes. La pregunta
eterna aumenta en la medida que nos aferramos
a la idea y nos alejamos de las sensaciones
que, en su labor más noble, tienen el encargo
de llevarnos donde está la manada.
Hay un punto más allá de la teoría,
el contacto con el campamento
que tiene el fuego encendido.