Una luz se vuelve parte
de lo que no tiene un punto.
Pero persiste;
algo le ha dado vida
y no sabemos qué es.
Tal vez un hilo que nos conecta
con el escenario primordial:
cómo sentimos
ese instante que escapa
hacia donde un esfuerzo
termina.
Y sólo nos queda
la pertenencia al todo,
un abandono que no nos redime
pero al menos nos adormece.
Y dormimos
como si fuéramos grandes
cuando éramos niños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario