miércoles, 29 de mayo de 2013

Más allá de la terapia


 

Una luz se vuelve parte

de lo que no tiene un punto.

Pero persiste;

algo le ha dado vida

y no sabemos qué es.

 

Tal vez un hilo que nos conecta

con el escenario primordial:

cómo sentimos

ese instante que escapa

hacia donde un esfuerzo

termina.

 

Y sólo nos queda

la pertenencia al todo,

un abandono que no nos redime

pero al menos nos adormece.

 

Y dormimos

como si fuéramos grandes

cuando éramos niños.

 

 

No hay comentarios:

Los pájaros saltaban

  Esa misma tarde, cuando por fin llegaste, puse un antiguo tronco sobre las ramas secas de un arbusto y ardió todo estrepitosamente. Ningún...