Las celebración se extiende hacia las escaleras y de ahí
hacia el mar, un mar, salpicado con rocas, que es turquesa y tiene un temperatura óptima. Los monos, como es
de esperar, se han hecho amigos de las boas, y juntos beben bajo galerías que
tienen antorchas cada cinco pasos. El tiempo de la celebración puede ser muy
dulce si uno se sumerge en las posibilidades que ofrece el que tiene más cerca, pienso, y miro una mesa bien arreglada con una extensión inmensa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Un silencio que ni los perros rompen
Pediste ser escuchado por quien permanece en un silencio que ni los perros rompen.
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
La suficiencia para hablar debería ser desterrada de todos nosotros en la medida que el alcance de la palabra se limita a u...
-
Voy a una cena con mis compañeros de colegio primario. Primera vez que no siento la necesidad de imponer mis ideas. Me siento liviano, inclu...