Itá Caabó
En una
estepa con perros hambrientos
que
presumen que el verano se va.
Con
palmeras que convocan a miles de víboras
en los
lugares más altos, y monos que se acostumbran
a esas serpientes,
y loros verdes grandes y fieros
que tienen
un lugar en lo alto,
con todo
eso y mucho más
que
integra un espacio que me tomaría mucho contarles
se hizo un
pedazo de tierra que lleva un nombre espectacular:
Itá Caabó,
se llama.
Suiza
Los buitres que caminan
por la
costa miran hacia
los montes
impresionantes.
Los
pueblos deben crecer, dice un viejo criado
cerca del
bosque , que ahora respira, como puede,
la
suciedad del progreso.
A tal
punto, que las cataratas
al final
de un pequeño claro
hoy arrastran
de todo. Es por la lluvia, digo.
Será largo
el invierno, responden.
Las
hortensias florecen en calles tocadas por un rocío
que en
verano te quiere hacer descansar.
Las
montañas tonifican los edificios
hechos por
ingenieros solventes,
los chicos
llevan sus cosas de forma ordenada.
Conclusión:
acá las madres son idóneas para todas las tareas.
Acá, puede
germinar lo peor.
En nuestra
casa hay cuadros de paisajes bucólicos
Y, por las
repisas, muñequitas de torta.
Lo que
siempre soñé: un orden más allá de toda lógica.
La
emperatriz
En un pantano donde crecen hormigas
de un tamaño descomunal, un lugar donde las
ratas también son inmensas y cada animalito de Dios
adquiere los colores de las frutas de cada árbol,
una negra sonríe de una forma que te incita
a desear más, a tener más, mucho más.
Cuando
estoy por caer y caigo,
no me
queda más remedio que aguantar
mientras
los buitres miran impávidos a un costado
-me toman por
un compañero de juegos-.
Y me digo:
tengo que ser fuerte,
tengo que
aguantar. Y no me lo digo bien.
Pero por
suerte las cosas tienden a pasar,
siguen un
curso que se modifica poco con el tiempo.
Y lo poco
que cambia, le lleva incontables días.
Y no hay nada
mágico en eso, ni poético,
es muy real:
en conjunto se llama carácter.
Maduración
Se eleva
hasta sentir
que la
lechuza sobre sus hombros
mira el hielo
bajo sus pies
y todo tiende
a derretirse.
Mi casita
en el bosque
La
negativa a decir algo
y la
sensación de ser muy pero muy
pequeño,
tanto que
las raíces del árbol
pueden llegar
a tocarte
mientras dormís
en un piso alto.
Baviera II
Las calles
son a la medida,
sin
indeseables, sin pordioseros,
sin gente
alienada que te arruina
el
sentimiento inoculado ¡hablo de la belleza!
Esa dama pensada
por las formas.
Esa
composición que se erige en el consenso.
¡Cómo hay
que adorar a las sacerdotisas!
Damas
hermosas, siempre deseadas.
Te hacen
bien por el simple don de las formas;
es casi
irreal el proceso, pero existe,
y uno lo
disfruta
preferentemente
en la playa o en los parques.
Encuentro
Ella
como una caverna
que
continúa y por momentos
llega
a ríos subterráneos
llenos
de anguilas fluorescentes
que
nadan entre algas.
Nuestro
amor
La niebla
que cubre los barcos
te
mantiene alerta sobre hermosos edificios art decó
que se
esfuman como todo
lo que
pertenece y puede desaparecer.
Las chicas
usan guantes, los chicos gomina.
Estamos en
un tiempo donde llovía mucho
y las flores
silvestres crecían en la costa alta.
Se podía
ver el mar enfurecido casi todos los días,
y a veces
ballenas. Un lugar húmedo y precioso.
La melancolía
en su punto justo.
Pero después
vino la guerra.
Otras
maneras
Cada uno
en su lugar, el río cada vez más lento
y vos
relajada mientras lo que debería estar
donde los
pájaros levantan el sol
crece
según le conviene.
Carnaval
Mientras las
carrozas pasan,
y los chicos acarician sus perros,
en un
cable de luz
los
pájaros se juntan
dispuestos
a partir a tierras lejanas
que para
ellos son el perfil de la rutina.
Generaciones
Padre e
hijo en una canoa
entrelazan
sus redes
complementan
sus aciertos con sus desaciertos
en una cadena
que intenta ser provechosa
arriba del
agua por donde pasan peces
en la
tarde de un mes esquivo para la pesca.
Y arriba, en
viejas ramas,
los
pájaros, de tanto en tanto, cantan,
y más
arriba, el cielo de un color cambiante
amaga con
un podría llover.
Superación
Es casi
imposible no pensar bien hoy:
lo que
alguna vez estuvo detrás
aparece sin
que nadie sepa cómo
para dar
paso a un cortejo que va hacia
donde los
que alguna vez vivieron
yacen
inmóviles.
¿Qué es el
arte?
Esas
señoras coquetas
que si uno
les sonríe
desvían la
mirada.
En el Zoo
Pareciera
que los monos
se llaman
por su nombre
cuando se
descuelgan de un árbol
en el lugar
que le han asignado
para que jueguen
lo más
parecido a la selva.
Se parecen
a los humanos
cuando entre
ellos se molestan bastante
juegan y
se rozan bastante
para
llegar a la copa más alta.
Corazón de
hielo
Era
hermosa y se posaba en todas las flores
con una
prestancia que daba cuenta de su talento
para
seducir con su desgracia y atacar así
a quien decidido
la llenaba de besos. Era bella
y hoy es
horrible, pero de algún modo
exhala más
poder que entonces.
Un poder
inservible para las costumbres actuales.
El ocaso
de los ídolos
Está bien
cuando pasan las décadas
y viene un
ídolo de visita para demostrarte
que es un
fantoche y que un culto se trata,
entre
incontables cosas
de
sistemas que determinan posturas
en favor
de ciertos intereses.
Una imagen
de mi infancia:
las focas
en el puerto nadaban
cerca de
la escollera
a la
espera de las sobras
que les
tiraban los buenos pescadores.
Felicidad y éxito no van de la mano.
Eso debería decir
en letras gigantes en cada esquina
y a modo de
explicación: el éxito demanda mucha energía
y esa energía se
la quitamos al medio, al prójimo.
La felicidad en
cambio precisa del ecosistema.
Fragmento
de un diario, Siglo II d.c.
Falta un
día para mi cumpleaños. Le pedí a Suetonia en la víspera
que me
chupe un rato el culo. La idea es garchar con la asistencia
de dos
esclavos. Hoy me noto más animoso. Puede tener que ver
con el
tratamiento con algas, ungüentos y conjuros de un druida
que viene
de tierras áridas. Son buenos esos brujos,
aunque los
cristianos cada vez son más
y yo mismo
tal vez me una un día de estos a sus delirios.
El control
es una tentación inevitable
te
organiza como sea.
En algún
lugar del Tibet
Algunos
tigres juegan en el palacio que se alza
para
demostrar que existen otros espacios
que se
entrecruzan con el presente
Algunos lo
llaman destino.
Cuando el
hombre reza
lo hace para
obtener un libreto
que explique
lo inexplicable, aunque falle.
Globalización
de la individualidad
Los
sistemas se nutren de lógicas
que
responden a intereses ocultos
con una
fuerza superior a sus floridos manifiestos.
Un latir
en lo profundo
que termina
por torcer el rumbo
y ubica a
cada sistema en un deseo
más sectorial
si se quiere.
Por eso el
interés general
es un bien
inalcanzable
que no
cuadra con el interés más real: el individual.
Y en el
mundo, perfeccionada la producción
prima el
capitalismo, la gente persigue el éxito
vive,
muere, a veces descansa.
Filosofía
Negar el
destino así como aceptarlo
es una
trampa. Las cosas pueden
o no pueden
ocurrir. No podemos hacer
lo que
deseamos, ni podemos intuir
qué puede pasar
con nosotros.
Menos si
nos corresponde algún rol en la vida.
Sólo
podemos vivir sin certezas
incluso
sin postulados estrictos
tomando la
necesaria distancia de la palabra
del
sentimiento y de todo lo que puede llegar
a
convertirse en una cuestión fundamental
a la hora
forjarnos cierta filosofía.
Poeta
Tiene la
mirada del que se apartó de los suyos
y tocó dimensiones
espectaculares
para volver
a este mundo
y recordar
uno más cargado de más impresiones.
Domingo
a la mañana: el amor
Era
hermosa, formó una familia
y hoy la
vi a la salida del súper.
Segundo matrimonio
Blanca y radiante se prepara
para que la liberen de toda obligación
para con su cónyuge y pueda ir
por un sendero de bambúes donde un montón de africanos
le muestran sus miembros y la incitan a sonreír
para asumir una obligación que es trivial
pero que a ella le resulta importante.
Nuevo poeta
Cuando todas
las frases fueron dichas
se produce
una claridad que celebra el punto
en que ser
original deja de importar
y cobra
vida una dimensión en donde el arte
acepta su
lugar como una mínima expresión
echada
bajo un fulgor de estrellas
y quién
sabe qué más.
Las fuentes de las plazas
Las personas se acercan unas a otras
y las fuentes de las plazas se encienden
hasta límites nunca vistos
cuando pasás por donde estoy,
y por un momento creo que me vas a mirar
hasta que se inicie una fantasía capaz de crecer
y perderse.
Esos otros cuerpos en la playa
Las forma de llegar a tener lo que deseamos
fluye hasta que lo instalado se desactiva
y deja un sosiego pasajero que anuncia nuevos
impulsos
capaces de ir hacia donde otras cosas nos llaman.
Son voces que encontramos en el campo
cuando vamos en busca de un bálsamo
que nos acerque a esos cuerpos
que parecen expectantes
por comenzar a ser uno de nosotros.
Anochece
Las formas se entrelazan
hasta
permitir que lo expresado se vuelque
en un intento que me permita ir
hacia lo que no precisa ser repetido
cada vez que me detengo para admirar
lo que declina sobre propósitos
que no llego a calcular.
Éxito
El esfuerzo por llegar
al lugar donde las cosas reposan
porque ya no exigen algo.
O bien, la conciencia de que los pájaros celebran
lo que sienten que merece ser celebrado.
La salida del sol, por ejemplo.
Antigua Grecia
El concepto de transgresión entraña
la fuerza de un imperio como jamás se vio
en la medida que permite establecer un
rango de certidumbre que crea el orden
que unos y otros creen verdadero
en la medida que lo padecen.
Lo resbaladizo del habla
La suficiencia para hablar
debería ser desterrada
en la medida que el alcance de su prédica
se limita a una aproximación bastante torpe
de un acontecer que en su composición
guarda aspectos en su mayoría intocables
que destellan hacia lugares
que no sabemos
dónde acaban
aunque somos capaces de imaginarlo.
Jardines
Es raro cuando uno capta
que entre el sentir y el hecho
hay una lápida
que deja muchos espacios ocultos
en favor de las reacciones
que han sido la fuente de una detención
cuando nos disponíamos a un abrazo.