Las bailarinas están exhaustas
las viejas voces de la tribu
lo mismo; las insinuaciones
de que nuevos días
esperan detrás de las nubes
las repiten en las iglesias
pero las iglesias están vacías.
Hay un mato negro sobre el
muerto que todavía nadie
ha llorado; las cosas por las
que esperamos la divinidad
de la palabra son elocuentes
pero carecen de fuerza
a la hora de destronar
los impulsos por crecer
por ir más allá
de todo lo conocido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los pájaros saltaban
Esa misma tarde, cuando por fin llegaste, puse un antiguo tronco sobre las ramas secas de un arbusto y ardió todo estrepitosamente. Ningún...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
La suficiencia para hablar debería ser desterrada de todos nosotros en la medida que el alcance de la palabra se limita a u...
-
El estruendo interno como fuente de toda perseverancia así debería ser, así deberían consumirse los días y los cigarrillos imaginarios que...
No hay comentarios:
Publicar un comentario