Las
incisiones en uno
te
alejan de esa luz virginal
que
asoma en la primera mañana
que
vas por el bosque y
entonás una melodía
de
lo más triste a tu ojos,
los ojos que alguna vez estuvieron libres de toda culpa.
los ojos que alguna vez estuvieron libres de toda culpa.
Eran tan pero tan pequeños
que ni siquiera soñaban
con esos inventos destinados
a la regulación del prójimo por el prójimo.
De manera que las cruces a los costados
señalan
tumbas: otra cosa más que
conviene contabilizar
como
heredada.
Y
pensar que
se trata de personas
que
vivieron y murieron por
los siglos de los siglos
en
un camino que tiene algún
sentido
si
aplicás la palabra arte:
el
arte de amar por
sobre todas las cosas
que
alguna vez estuvieron
unidas
y que
ahora parecen quebradas
por
un viento que azota una costa libre
de todas las especies que alguna vez conociste
de todas las especies que alguna vez conociste
y
libre de
los hombres que alguna vez
trataste.
¿Se
trata de una fábula más que
te plantea la mente
en su derrotero por un espíritu que rara vez se muestra?
en su derrotero por un espíritu que rara vez se muestra?
Es extraña la palabra y es extraña la poesía:
está cargada de imágenes condensadas
en un cuadro que al mismo tiempo
debe ser pletórico y disfrutado por otros
para
que de alguna forma adquiera
sentido
el esfuerzo por comunicar lo que vivís
en el bosque rodeado de pinos y de cruces,
y de esa luz virginal que al mismo tiempo
el esfuerzo por comunicar lo que vivís
en el bosque rodeado de pinos y de cruces,
y de esa luz virginal que al mismo tiempo
rememora la costa indómita.
Es rara la palabra cuando uno la suelta
y parece que las gaviotas arriba la captan
y la toman para ejercer vaya a saber qué acción
Es rara la palabra cuando uno la suelta
y parece que las gaviotas arriba la captan
y la toman para ejercer vaya a saber qué acción
que
las libere un poco más mientras seguimos abajo.
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