Nada sabe el pez
de la tormenta de viento y lluvia
que hay afuera de su reclusión
momentánea en una cueva
que lo protege de los
vaivenes que tiene el fondo
en concordancia con el afuera.
Y sin embargo, es capaz de soñar
con su imagen. Se ve con un fondo
verde en un magnífico cuadro
que evoca su ir por los mares
durante tiempos mejores
que, supone, volverán pronto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un blanco soñado
Querías separar la tensión del recuerdo para que no pertenezca a un lugar específico. Pero separar los continentes no es fácil. ...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
La suficiencia para hablar debería ser desterrada de todos nosotros en la medida que el alcance de la palabra se limita a u...
-
El estruendo interno como fuente de toda perseverancia así debería ser, así deberían consumirse los días y los cigarrillos imaginarios que...
No hay comentarios:
Publicar un comentario