viernes, 7 de noviembre de 2014

Un pino con la cara de Cristo

Este pino que tengo enfrente
se alza y se bambolea al mismo
tiempo como un dragón que puede
ser de madera -nunca lo había pensado-.

Es también como el cuerpo de Cristo
sin la cara, aunque la cara,
ahora que lo veo mejor,
ahí aparece, en la copa.

No hay comentarios:

Un silencio que ni los perros rompen

    Pediste ser escuchado por quien  permanece en un silencio  que ni los perros rompen.