sábado, 20 de febrero de 2016

¿Te acordás de esos partidos?

¿Te acordás de esos partidos que hacíamos
para reafirmar una rutina al final de la tarde?

Tal vez porque ser novios suponía entonces
tener ciertos rituales.

Y después nos queríamos de muchas formas, y después nos
cansábamos un poco de eso y caminábamos soñando cosas 
como ir a dar la vuelta al mundo y montones de 
proyectos en torno a muchos éxitos  –que parecían
al alcance de la mano-.

Y hasta practicábamos inglés, recuerdo. Y en todo momento
las olas estaban a un costado y la noche profunda
se plantaba de una manera que no era tan enigmática como ahora.

Y había gente que iba y venía pero nosotros
no le prestábamos mucha atención.

Vos eras muy soñada y tenías un talento especial
para vestirte de una manera que yo juzgaba natural.

Y te creía además muy criteriosa
amplía de cabeza creo que decía, y te asignaba también
muchas otras virtudes que me hacían bien, supongo.

Y sin embargo, al tiempo de estar con vos me aburría un poco
y soñaba con pasar a otra historia, una que no estaba muy seguro
que fuese a ocurrir pronto, suposición que me obligaba
a quedarme de tu mano y a soñar mucho más con volar
al cuerpo de otra chica muy diferente a vos.
  



No hay comentarios:

Un silencio que ni los perros rompen

    Pediste ser escuchado por quien  permanece en un silencio  que ni los perros rompen.