jueves, 20 de octubre de 2016

Playa junto al puerto


Estoy junto a un perro vagabundo
que huele los restos de un lobo marino con devoción
y al mismo tiempo miedo,
al costado de un mar que permanece calmo
un día en donde nada se mueve
porque todos nos hemos quedado
en busca de un poco de ese calor
que después de mucho ofrece hoy el sol.



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Un silencio que ni los perros rompen

    Pediste ser escuchado por quien  permanece en un silencio  que ni los perros rompen.