Después de todo no tendremos
el prestigio que tanto deseábamos, ni dispondremos
de las potencias siderales que alguna vez perseguimos.
Y menos que menos disfrutaremos
de las danzas que sonábamos
para que nuestros cuerpos fuesen
mirasoles altos y grandes.
No, no tendremos eso, sino algo
mucho más valioso y duradero
que tendrá la forma de una rosa
pequeña y milagrosa
que se alojará en nuestro pecho,
y nos dará una plenitud
basada en la prodigiosa fuerza que irradia
lo que se define en este mundo como
un amor soberano y abundante
que estará en la forma
de esa pequeña rosa
también alrededor de nuestro cuello,
y luego,para sanarnos más inclusive,
se alojará por fin en donde todo queda.
domingo, 12 de marzo de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Esa misma noche
Esa misma noche soñé que estábamos junto a la pileta rodeados de una bruma incipiente. Acostada en una reposera, un viento leve movía las ...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
La suficiencia para hablar debería ser desterrada de todos nosotros en la medida que el alcance de la palabra se limita a u...
-
Las gaviotas con la caída del sol iban al ras del agua deleitándose mientas finos copos de nieve caían a nuestro alrededor. Con asombr...
No hay comentarios:
Publicar un comentario