Hay un punto en que nuestros deseos chocan con eventos que
tienen el don de plantear dimensiones que nosotros, tan educados en el
idealismo, solemos pasar por alto en el empeño hacia el absurdo que llamamos valores
superiores.
Esos mismos valores que tienden a ocultar el contrapeso
mórbido que los sostiene y es requisito de su existencia.
Conclusión: si algo existe es porque existe un opuesto que lo
sostiene, y juega con él en una dinámica que, por supuesto, debe ser leída en
conjunto.
Segunda conclusión: entre un opuesto y otro se desarrolla el
verdadero estado de las cosas, pero en nuestra concepción cultural, ese estado
de grises no permanece nombrado, porque no tiene valor categórico, y para los
modos de dominación es preciso un lenguaje contundente que responda con
eficiencia a los distintos mandatos.
3 comentarios:
impecable! buen año
Gracias AL, buen año para vos también y seguí con lo tuyo, muy verdadero!
Y la mediocridad donde acampa Lucas...?
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