Esas noches de invierno, en esas caminatas cerca del río, hablábamos de evadirnos a pintar al campo. Lo crucial sería pintar lejos de las rutas, dijiste. Donde no se escucha un motor por nada… Y tus palabras me recordaron a un sueño donde caballeros medievales galopaban dispuestos a seguir con sus cruzadas.