jueves, 3 de noviembre de 2016

Renacimiento

Llega a tu cuerpo
para que en su lugar aparezcan
ángeles, arriba,
sonrientes y expectantes.

Y unas rosas en tu pecho,
se instalen para limpiar aquello
que necesita ser purificado.

Caminás por un jardín
a la edad de seis años
junto a un perro.

De a poco,
no se repiten las imágenes
y el cuerpo pierde su hermetismo,
 la luz lo alcanza.

Y todo lo soñado
ya no interesa
porque estamos
acá


Un silencio que ni los perros rompen

    Pediste ser escuchado por quien  permanece en un silencio  que ni los perros rompen.