domingo, 31 de diciembre de 2023

Llegada a Madrid

Llegada a Madrid. El vuelo largo. La falta de espacio siempre me carga. En un bar, espera con mi familia para que nos den el auto de alquiler. Un hombre negro pasa a pedir una limosna. Siempre esos episodios me tensan y me llevan a pensar en la suerte de cada uno y en la falta de cualquier parámetro lógico para medir la existencia. El misterio es lo más grande que tenemos... Por fin nos dan un auto, pero fue una negociación un tanto molesta. Como no tomé la precaución de abrigarme a mi llegada, el frío empieza a tomar mi cuerpo. La empresa está desorganizada y hay varias personas con distintas quejas dirigiéndose a un hombre que tiene algo de negro y algo de fiolo. No parece inmutarse demasiado por los problemas de su trabajo. Dichoso él. 

Por fin salimos para Ávila. La autopista está cargada, pero el tráfico avanza. Cae la noche. Viene el frío. Llegada a nuestro hotel. Una mujer, que después nos explica es oriunda de la meseta tibetana, con mucha amabilidad nos recibe y da los cuartos. El mío y el de mi mujer tiene una sola ventana. El de mis hijos dos ventanas. Decido dejarles a ellos ese cuarto. Empiezo por fin a crecer, parece. 

Cena en el restaurante del hotel. Oporto, tabla de quesos, confío en que puedo disfrutar de los gastos. Arroz soterrado con unos camarones. Luego vino blanco. Buena comida. 

viernes, 29 de diciembre de 2023

Y enseguida desapareció

 

En ese tiempo, un día de mucho frío, al entrar a la catedral para ver la primera comunión de un sobrino, fui hasta un costado donde había gente aburrida —aunque no tantos como en la nave central—. Mi intención era ver al obispo sobre el púlpito. Pero cuando me acerqué para estar junto a unos niños que esperaban su primera comunión frente al obispo, me pareció ver algo cerca de un niño que miraba hacia el techo. Una luz desde un vitral tocó su hombro por milésimas. No llegó a ser del todo un pájaro, pero en cierta forma lo era, porque aleteaba, y enseguida desapareció. 

 

jueves, 28 de diciembre de 2023

Lo que uno intenta embellecer

 

Ese sueño por entonces me hizo creer que comenzaba un nuevo ciclo en mi vida. Tal vez  porque en ese entonces era propenso a buscar símbolos y mensajes para enriquecer mi vida. Quería situarlos en diferentes lados. Cuando se vive pendiente de uno mismo es un fenómeno crucial el creerse parte de una historia notable. De modo que dos por tres me peguntaba si mi camino podría protagonizar la trama de una gran novela o de un cuento. No sabía entonces que la vida puede sujetarse a cualquier tipo de discurso, pero su esencia es incapaz de ser traducida, porque solo es un evento, una serie de hechos en el espacio y en el tiempo. Hay un nacimiento y hay una muerte. Lo que pasa en el medio es la historia. La trama. El discurso que uno intenta embellecer.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

La rueda de la fortuna de mi sueño

 Y ahora que busco en mi cuaderno, noto que tengo anotado otro poema. Cerca de la costa, en una isla, estábamos en un laberinto que, según nos explicaba una guía muy simpática, había sido construido por los antiguos habitantes de la zona durante al menos cien años. Lo hicieron, decía en el poema, gracias a un esfuerzo que costaría mucho describir. Pero al final pusieron cada piedra tan bien encastrada que del cielo recibieron una luz que tocó su entrecejo. Así nació en ellos la fuerza para terminar la escultura: un círculo de piedra de granito negro suspendido en la cumbre de una montaña sin otra cosa que el cielo arriba. La rueda de la fortuna de mi sueño.

martes, 26 de diciembre de 2023

Necesitaba el dinero

 

En el sueño, un hombre que se había identificado como el capataz de una cuadrilla municipal, me habían explicaba que tenía que desenterrar una cantidad de personas muertas hace siglos —de antes de Cristo me aclaraba—. Resulta necesario trasladar los huesos a una plaza para hacer una escultura que debe ser un círculo. Solo un círculo que simbolizaría la rueda de la fortuna, me aclaraba ese hombre. Al principio, solo me quedaba mirándolo con seriedad. No me gustaba esa imposición; es decir, el encargo. Sin embargo, me limitaba a asentir porque no tenía otra alternativa; necesitaba el dinero.

lunes, 25 de diciembre de 2023

Pérdida de sustancia

 

A veces pienso en todos esos años que pasamos trabajando en ese ministerio y me preguntó cómo aguantamos cada día de cada año. Pintábamos los fines de semana con la idea de progresar para salir de ese lugar. Pero no llegaba un progreso liberador ni nada parecido. Sin embargo, el paso del tiempo me hace ver que no importan demasiado las penas de un pasado remoto porque ellas también pierden sustancia. 

 

domingo, 24 de diciembre de 2023

En un espacio de pasto

 

De distintas maneras, cada día buscabas algo para superar un momento que sentías cada vez más frío. O al menos así sentías tu pecho que se enlazaba con una visión que aparecía cuando meditabas: en un espacio de pasto rodeado de árboles muy pegados había cuervos que te miraban al tiempo que te buscabas un sendero, una salida que no encontrabas. 

 

sábado, 23 de diciembre de 2023

Los en teoría llamados débiles

 

Por suerte, te contaba entonces, había avanzado en mi proyecto de pintar a los hombres que revolvían la basura mientras anochecía en nuestro barrio. A esos hombres los quería retratar como dioses griegos capaces de salvarnos de una catástrofe inminente. Mientras una lluvia fina y helada tocase las calles, al verme cruzar distraído, esos hombres serían capaces de advertirme que tenga cuidado al cruzar. Y así, gracias a sus advertencias, un auto no me pisaría… Sería una manera de representar la función de los marginados, los en la teoría llamados débiles... 

viernes, 22 de diciembre de 2023

La Virgen de los pescadores

 

En ese tiempo, recorrimos la orilla de la playa buscando una casita de madera que habíamos construido entre unas acacias. Mucho tiempo antes, viéndola casi terminada, habíamos dicho que podríamos vivir en ella un tiempo. Adaptándola, una temporada podríamos vivir, te escuché decir. A nuestro lado, unos gaviotines caminaban hasta que se quedaban quietos como si buscasen tener una perfección escultórica. A esos gaviotines también a veces los mirábamos sentados en las rocas., a pocos metros donde una casita de hormigón alojaba a la Virgen del Carmen, la Virgen de los pescadores. 

Un espacio ideal

 

Como sea, con los años, espero que mi búsqueda de un espacio ideal se acabe y cierta fuerza me saque de una ansiedad ancestral que me persigue. Y así, al fin, espero vivir según mi verdadera esencia. Sea ella cual sea. No debería temer al respecto. Además, hace poco caí en la cuenta de que he perdido demasiados años en el intento de buscar un espacio ideal, y sobre todo, con cierta felicidad, descubrí que los asuntos que creía relevantes cada vez me importan menos.

 

 

jueves, 21 de diciembre de 2023

Al final de la tarde

Al final de la tarde, dirigías tu atención a las plantas y los árboles, y en especial a los pájaros que saltaban en el jardín. Y otras veces, fijo en el cielo, escuchabas las olas a lo lejos. Pero con la llegada de la noche una ola cada vez más negra te envolvía y arrastraba. Y por momentos te costaba salir de las revolcadas. A veces, incluso, temías no salir y terminar mal. Y sin embargo, más tarde o más temprano, y a esto te aferrabas especialmente, una luz aparecía, los pájaros cantaban, respirabas mejor. 

miércoles, 20 de diciembre de 2023

El ermitaño

 

Y es más, ahora que hago memoria, en ese sueño reiterado, hubo una noche que apareció un hombre con el aspecto del ermitaño del tarot marsellés. Entró por la puerta de mi cuarto y me dijo: “Eso que hacen los Santos, el brindarse tanto al otro, es también ejercer un poder como hacen los ríos, los mares y los lagos…”  Absorto en mi cama, asentí y el hombre siguió su camino ayudándose con un palo

martes, 19 de diciembre de 2023

Rocas altas y filosas

En esa época, se hablaba mucho en mi familia de política, y tal vez por eso tengo grabado cuánto me impresionó ese espectáculo: niños con carteles de un candidato que tenía una expresión en la cara que no podía generar algún tipo de bienestar. En el medio de ese evento, mis padres se bajaron del tren y me explicaron que no iban a vivir más juntos. De inmediato, interpreté que el espectáculo promovió la mala noticia, y por eso supongo que durante bastante tiempo soñé que iba con esos chicos y con el hombre voluminoso hasta el borde de una cantera llena de agua donde se podían ver, si uno recalaba en el fondo, algas que, por efecto del sol, tenían un verde casi fluorescente. Como era un día de calor en mi sueño, quería meterme en el agua para ser acariciado por esas algas, pero no estaba seguro si podría salir porque la cantera tenía en todo su perímetro rocas altas y filosas. 

 

lunes, 18 de diciembre de 2023

Te escuché decir

 

Una tarde nos pusimos a hablar de la búsqueda de una consagración en el arte. Anoté más tarde en mi cuaderno: “Hoy hablamos de cómo pocos hombres logran perdurar en el arte… y de que hay que trabajar sin estar pendiente de los resultados. Solo con la rutina aparece la magia”. 

Nuestra proyecto en ese tiempo era realizar en yeso, en un buen tamaño, una figura que habíamos dibujado: un cocodrilo, en la orilla al sol, expectante por mostrar sus movimientos inesperados, los más ágiles. Sería un cocodrilo gigante, habíamos acordado. Por lo menos, debería tener tres metros de largo, te escuché decir.

sábado, 16 de diciembre de 2023

Nuestra perra Laika

 

En ese tiempo, había empezado a pintar la serie inspirada en el día de los muertos. Fue un verano después de que volvimos de México. Me fascinaba entonces usar la proximidad inquietante del negro junto a los fuegos artificiales. Un cuadro así, decía, exige aprovechar cada oportunidad para captar la luz. Por eso ciertos grises se volverían celestes y verdes hasta adentrarse en el negro de la noche. Y abajo, se vería la carpa de un circo pintada con rojos y blancos. La imagen de algo soñado… No es fácil encontrar una escena así…, dijiste, una ensoñación es algo complejo de pintar. Quiero decir: es difícil pintar por ejemplo la noche que vimos a nuestra perra moviendo la cola junto a un roble desplomado sobre nuestra vereda y parte de la calle. Me acuerdo que esa noche porque es cierto: parecía que vivíamos un sueño. Durante una tormenta escuchamos la caída del árbol y salimos a la calle. Para entonces, se había cortado la luz y las pocas luces venían de los autos. Y entonces, en la penumbra, con pasos asombrados, caminamos entre ramas y hojas caídas y al final, moviendo la cola, con cara de circunstancia, como decías, encontramos a nuestra perra Laika. 

 

viernes, 15 de diciembre de 2023

Los árboles en la plaza

 

En esa época avanzaba el otoño. Los días se acortaban. De los árboles caían unas hojas amarillas con tonos cada vez más opacos que volaban por la calle mientras tomábamos un café en un lugar cuyo nombre, por más intentos que hago, no puedo recordar. A sus mesas alguien las había puesto considerando la forma de la esquina para que cada uno pudiera ver pasar el tren, y después, más atrás, los árboles en la plaza. 

 

jueves, 14 de diciembre de 2023

Mi pediatra

 

De ese tiempo, tengo la imagen unos niños, jugando a las escondidas, ocultos entre plantas orejas de elefante. Hay hojas desparramadas en el suelo en mi recuerdo así que sería otoño entonces. Esos chicos aquella vez me recordaron a un cuadro que estaba en la sala de espera de mi pediatra —un lugar que tengo grabado de manera indeleble—. En el cuadro se ven a distintos animales, arriba del arca de Noé, iluminados por un atardecer mirando al espectador con caras ingenuas, serias, en un punto tristes. Recuerdo bien ese sillón verde donde pasaba mucho tiempo observando ese cuadro. Tenía el sillón un género verde oscuro rugoso, ideal para que se echen a descansar los gatos, pensaba entonces. Así era la sala de espera de un pediatra de apellido Sojo. 

martes, 12 de diciembre de 2023

Una rama con frutos rojos sobre un iceberg

 

La calma de los paisajes. Qué cosa tan difícil de captar. Puede uno encontrar esa paz en el medio de las montañas o en el mar. Da lo mismo. Es como cuando el océano oscuro permanece a la espera de un iceberg. Momentos que cuento con los dedos de una mano. Tiempos que generan un fenómeno extraño; como ser la vez que por mi cabeza pasó un pájaro y, desde la altura, de su pico soltó un fruto sobre una rama con frutos rojos iceberg… 

 

lunes, 11 de diciembre de 2023

A la vez calmo

 

Esa tarde la habíamos pasado en lo alto de la montaña sorprendidos porque no se escuchaba ni un pájaro; apenas el ulular del viento. Así que por un buen rato, sobre una roca, vimos lo terroso y lo rojo de las montañas. Y después, maravillados por el silencio, supimos que a lo lejos todo era frío y salvaje y a la vez calmo... 

 

domingo, 10 de diciembre de 2023

Ese atardecer memorable

 

Por entonces lo que más me interesaba era pintar, con un mínimo realismo, un día de invierno en plena montaña. Un día que habíamos vivido el último verano. Y cuando digo mínimo realismo, me refiero a ese límite entre el mundo figurativo y abstracto, un borde que muestra dos mares de colores diferentes. Un azul oscuro de un lado, el turquesa yéndose al celeste del otro. Las montañas sería el azul oscuro, mientras que el cielo, a medida que asciende, sería un turquesa convirtiéndose en celeste igual al que vimos ese atardecer memorable.

sábado, 9 de diciembre de 2023

Rodeado de árboles...

 

En el cuadro, se veían también letras en el lado derecho de la luna y se llegaba a leer en cursivas: “Esperamos que “Ella” retenga algo del tiempo”.. La palabra ella estaba en mayúscula. E incluso más grande que las demás… Me pregunté entonces por qué ciertos momentos se elevan sobre otros, y por qué muchos, en apariencia intrascendentes, permanecen grabados como una ola que anuncia lo que desde hace mucho quiero pintar. Más que nada, siento ese impulso, esas ganas de pintar, en los lugares más abiertos de la ciudad, los días de viento, tirado en el pasto y rodeado de árboles.

 

viernes, 8 de diciembre de 2023

Caras chinas

 

Llegué recién a una foto que nos muestra con un cuadro que habías pintado ese verano. Un lienzo de 120 cm por 100 de ancho que muestra la luna sobre el agua. En la parte alta del lienzo, la luna tiene un blanco donde se ven como unas parcelas de campo marcadas. Habías buscado cierta plasticidad en la luna y lo habías logrado. Gracias a esas líneas, el espectador descubría que esas parcelas armaban caras redondeadas, risueñas, inalcanzables, calmas. Caras chinas, las llamabas. Un efecto encantador y a la vez extraño.

 

jueves, 7 de diciembre de 2023

Al final de la tarde

 

En ese tiempo, se nos hacía dura la espera. Pasaban los años y no había un progreso visible. O en verdad no llegaba un “valor de mercado”. Pero la araña no quiere abandonar el hilo que la sujeta, te escuché decir una vez. Esa tarde, que presumo que sería de principios de otoño porque veo en mi recuerdo hojas amarillas cayéndose de los árboles, estabas sentada en la silla que habías puesto en el balcón. A eaa silla la habíamos comprado en una feria de antigüedades atendida por rumanos. Mujeres y hombres, siempre de buen humor, ubicados detrás de mostradores con artículos coloridos y variados. Durante esos días, al final de la tarde, íbamos seguido por el camino de los pinos hasta el mar. Nuestra idea era disfrutar de los perfumes de las rocas mojadas, y desde ese lugar mirábamos los castillos de arena que los niños de un jardín de infantes dejaban después de los recreos que disfrutaban en la playa. La particularidad era que su edificio quedaba cruzando la rambla. 

 

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Dice el proverbio chino

 

Una vez leí un libro que citaba a un maestro veneciano: “Las pinceladas deben ser cada vez más tenues en la medida que se adentran en el agua”. Creo que lo decía en referencia a Canaletto. E incluso, agregaría hoy en día, deben ser llevadas al límite de la luz, porque si eso no ocurre se chocan con la muralla que circunda un huerto donde unos monjes repiten un trabajo que rinde frutos a cuenta gotas. El trabajo de los pintores que quieren mejorar su oficio es arduo y es de todos los días... Es lo mismo siempre, dijiste una vez, hay que insistir, dice el proverbio chino, hay hasta intentarlo muchas veces, infinitas, hasta dibujar una mariposa con un suspiro...

 

martes, 5 de diciembre de 2023

Para que el viento nos pegue en la cara

 

En ese tiempo, en nuestro balcón veíamos caer la lluvia sobre la caparazón de la tortuga que invernaba entre dos macetas. Y nuestra perra, cuando me acercaba a ver a la tortuga, venía a olfatearla. Durante esas tardes me ayudabas a preparar los colores porque ese tema me costaba. O en realidad, me impacientaba. Hasta que terminábamos y abrías las ventanas. Decías que para que el viento nos pegue en la cara. 

 

lunes, 4 de diciembre de 2023

No se ve un solo ser humano

 

Y ahora, mirando de nuevo ese cuadro, puedo decir que lo que me gusta es que detrás, en el dibujo, se ve el gran almacén de nuestra infancia. Es de ladrillo a la vista y tiene publicidades de vinos y yerba mate. En la vereda, se distinguen unos perros echados al sol. Uno es de un marrón claro y el otro, algo más grande, es blanco y negro. Los dos están pintados con tonos fuertes, saturados. Y más atrás, por la calle, solo pasa un auto, un Peugeot 404, y no se ve un solo ser humano...

 

domingo, 3 de diciembre de 2023

No sería mucho

Pasaron los años, muchos años, y en sus noches descubrió que las cosas no eran tan dramáticas como se las imaginaba, pero tampoco eran tan fáciles, ni soleadas, o siquiera agradables. Y entonces cayó en la cuenta que los años con suerte lo llevarían a una ligera indolencia, o a cierta templanza, pero que no habría más que lo que en ese momento estaba viviendo, y o bien no sería mucho. 

sábado, 2 de diciembre de 2023

Un dibujo japonés

 

Y ahora que reviso las fotos que tenemos impresas de tamaño dieciocho por quince en un álbum, una en particular, que muestra cuadro con unas palomas muy bien pintadas cerca del tacho de basura, me llama la atención. Las palomas tientan a un gato escondido detrás del tacho. Qué lindo es ver a ese gato en la cuadro inmóvil, gordo y atigrado, a la espera de su oportunidad. El placer de la contemplación me habías dicho que querías representar y para lograr eso habías acentuado un trazo infantil y tenue. Lo hice como un dibujo japonés, fueron tus palabras.

 

viernes, 1 de diciembre de 2023

Un tono renacentista

 

En esos días, poco después del amanecer, los gorriones buscaban semillas en el barro y al poco tiempo volaban y solo quedaba la despedida de la luz que ensayaban unas ranas. Tiempo después, a esas ranas las pintamos cantando cerca de una madre que sostenía a su hijo sobre el agua. Tengo incluso acá conmigo, en mi mesa de luz, una foto de ese cuadro: en el centro se ve a la madre emergiendo de la negrura de una laguna que tiene un barro pintado por donde se deslizan unos caracoles. Por lo visto, la madre se metió al río a rescatar a su hijo —que aparece en sus brazos— y, con una expresión de sorpresa, mira a las ranas que cantan bajo unas calas. Como fondo se ven unas montañas nevadas y un cielo con partes magenta y nubes grises. Es un cuadro que tiene un tono renacentista logrado.

 

En la tierra helada

  Pero a los pocos días, andando por el jardín de tu casa, pisé unas hormigas y aparecieron de nuevo las tragedias que podrían tocarme en la...