lunes, 28 de febrero de 2022

En el sueño eras un pájaro

 En el sueño eras un pájaro que cantaba en el borde de una ventana que reflejaba el cielo azul, no celeste. Varios gatos rondaban la galería y adentro, en el cuarto[sm1] [l2] , dormía tu madre.

 

Después, en tus frágiles recuerdos, está la iglesia, sus grises y el verdín, las enredaderas incipientes, los gorjeos y la lluvia tocándola.

 

Y más allá, sobre las paredes de la muralla, las rosas chinas. En ellas cantaban los pájaros para mostrar su alegría o decir algo.

 

 

domingo, 27 de febrero de 2022

A la hora de construir un reino

  

Una moderación sería útil, pero nada nos obliga a tanto a la hora de construir un reino. 

 

En ese tiempo, soñabas con estar cerca de los pájaros. Un deseo simple que no alcanzabas, pero a veces, en forma tenue y esporádica, vislumbrabas algo entre las plantas, un pájaro ratonero tal vez.

 

 

sábado, 26 de febrero de 2022

En.el tilo

  

*

Es que en el tilo de ese jardín veraniego, había una cuevita donde tendría lugar, decían de niños, el nacimiento de una esfera pequeña y dorada. [sm1] [JV2] 

 

 

viernes, 25 de febrero de 2022

En el sueño eras un pájaro

 

En el sueño, eras un pájaro que cantaba en el borde de una ventana que reflejaba el cielo azul, no celeste. Varios gatos rondaban la galería y adentro, en el cuarto[sm1] , dormía tu madre.

 

Después, en tus frágiles recuerdos, está la iglesia, sus grises y el verdín, las enredaderas incipientes, los gorjeos y la lluvia tocándola.

 

Y más allá, sobre las paredes de la muralla, las rosas chinas. En ellas cantaban los pájaros para mostrar su alegría o decir algo.

 

 

 

viernes, 18 de febrero de 2022

El aire templado en la noche quieta

 

El aire templado, en la noche quieta, ampliaba el canto de los grillos, los plumerillos casi no se movían. El camino de tantos días iba hacia un palacio medieval en la montaña. Te gustaría ir de nuevo por ese camino, adentrarte en el monte de eucaliptus, ver las pasturas bajo los árboles.

 

O recorrer el campo hasta el mar, y echarte en la arena a escuchar a las gaviotas llamándose antes de la rompiente.

 

lunes, 14 de febrero de 2022

Ese amanecer lluvioso

 

Ese amanecer lluvioso, hace tiempo, estuviste como cierto dios, feliz, con los pies en el agua. Cerrabas los ojos y del cielo caía agua, y más agua, y los pájaros entusiasmados, unos y otros, saltaban sobre el pasto.

 

Al llegar la noche, un viento había corrido las nubes. Viste entonces las estrellas entre los árboles. La perra se detuvo y miró también para arriba. O eso te pareció por un instante.

 

Después, en la galería de esa antigua casa, le explicaste que naciste con el píloro tapado y casi no podías comer. Hasta que un médico, de nombre Gianantonio, decidió operarte y te salvó la vida.

 

Ella entonces te contó de sus orígenes inciertos, y vos, casi al final, le contaste que hace años, cuando mirabas las estrellas, apareció la Virgen, y al día siguiente salvaste a tu hermanito de morir ahogado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 12 de febrero de 2022

Una moderación sería útil

 

Una moderación sería útil, pero nada nos obliga a tanto a la hora de construir un reino.

 

En ese tiempo, soñabas con estar cerca de los pájaros. Un deseo simple que no alcanzabas, pero a veces, en forma tenue y esporádica, vislumbrabas algo entre las plantas, un pájaro ratonero tal vez.

jueves, 10 de febrero de 2022

Un parrral rebosante

 

Mientras ibas en bici hasta un parral rebosante de uvas grandes y moradas, algunas calandrias bajaban al camino y, antes de que llegases cerca, volaban.

 

Después, al llegar a la casa donde pasaste con tu abuelo varios veranos, con el sol en la cara, te preguntaste cómo enternecer lo que es duro.

 

Una garza, al final de un césped que baja hacia la laguna, caminaba sobre plantas flotantes ajena al fin del día. La luna convertía el agua en azulada.

 

Entonces, despacio, por detrás de unos ceibos, fuiste hacia el agua, pero la garza ya no estaba.

 

Luego, te quedaste un rato esperándola, y para eso prendiste la luz de tu linterna. De pronto, se iluminó el movimiento del sauce, y vos solo seguiste el ir y venir de las hojas sobre el agua.

 

 

 

miércoles, 9 de febrero de 2022

Atado al palenque

 

 

*

De los infortunios hiciste un compendio de temores que te ataron a un palenque y, desde entonces, con suma paciencia, te toca salir de ahí.

 

 

 


martes, 8 de febrero de 2022

Escribías en la nieve

 

En el sueño, escribías en la nieve con la ayuda de un palo en un idioma desconocido, pero los trazos te eran familiares; dibujos que pedían otros paisajes.

 

Al despertar, llovía, los demás ruidos se aplacaban. Lo vivido adquiría sentido. Ya no importaban las inquietantes manchas de petróleo en la arena blanca. Llovía y sentías las gotas, millones, pequeñas, suaves, en el techo.

 

Una a una, te invitaban a permanecer concentrado, atento hasta escuchar a lo lejos un zorzal.

 

domingo, 6 de febrero de 2022

Un evento de buen augurio

 

Y a la mañana siguiente, creíste asistir a un evento de buen augurio cuando te paraste frente al cadáver de una vaca y del montón de carne podrida saltó un zorro y, manso, al trote, se fue hacia el potrero de alfalfa.

 

Tal vez creíste eso, porque esa tarde de invierno estabas cerca de lugares casi vacíos y te sentías solo. Tenías muchos menos años y meditar todavía no estaba en tus planes.

 

Ahora eso cambió, pero algo viejo y descascarado estaba ayer en el límite del pueblo donde la basura volaba hacia el campo.

 

 


sábado, 5 de febrero de 2022

Esa noche

 

*

Esa noche también estabas con el niño al que le gusta hablarte al oído, y ese niño, con insistencia, te pedía la sutil fuerza que eleva a los maizales.

 

Es que esa obsesión tomaba a tu cuerpo como si se fuera un territorio útil para desde ahí tomar otros espacios. Por eso ibas hacia el silencio. La tierra entera, decías, sería brillante cuando pudieras crear silencio.

 

 

 


jueves, 3 de febrero de 2022

Acelerado por los sueños

 

*

Casi al final de la noche, acelerado por los sueños, intentaste meditar. El viento era suave, pero seguías inquieto.

 

Más tarde, con tu hijo, pasaron por el lugar donde te propusiste cambiar. Un espacio que rememora una masacre con apenas cuatro pinos y una placa con el nombre de los muertos. El lugar donde sentirías una gran fuerza, agradecimiento, y al fin alegría.

 


miércoles, 2 de febrero de 2022

Con las bicis a un costado

 

 

*

Con las bicis a un costado, caminaste en la oscuridad con tu hijo. Subieron a las bicis y le preguntaste por qué ya no leía libros.

 

Ya nadie lee libros, dijo, y el mar vino a llevarse el castillo de arena que habían levantado en la orilla.

 

 

 

 

 


En la tierra helada

  Pero a los pocos días, andando por el jardín de tu casa, pisé unas hormigas y aparecieron de nuevo las tragedias que podrían tocarme en la...