Existe en el impulso
un modo de acercarnos
como si eso tan inasible y misterioso
pudiese alguna vez aparecer frente a nosotros
arriba de un carro alado
en un cielo nocturno
tirado por caballos de un gris furioso
y gracias a la luz de la luna
nos permitiese ir a eso
que brilla en los animales.