viernes, 19 de abril de 2024

Teros a lo lejos

 

Porque hace mucho

viste el fuego y el humo 

desde los pastizales 

acercándose a tu cuerpo.

 

Y desde entonces, una coraza 

recibe la brea que agranda 

la mancha de tu pecho.

 

Esa mancha que llegó 

una noche de calor y luna llena 

en que [escuchabas teros,

cosa rara, a lo lejos. 

 

No solían sentirse durante la noche. 

Pero eso había cambiado 

junto al hecho de que los tordos 

no estaban más en el roble del fondo.

 

 

jueves, 18 de abril de 2024

Un blanco soñado

 

 

Querías separar 

la tensión del recuerdo 

para que no pertenezca 

a un lugar específico.

 

Pero separar los continentes 

no es fácil.

 

O al menos quisieras,

desde la copa del árbol, 

ver la]  piedra reluciente

que tenía un blanco soñado.

 

 

 



miércoles, 17 de abril de 2024

Tan feliz como alguien venido de la antigua Grecia

 

Después, sobre el fin de un calor agobiante, salí a pasear con mi perra. Parecía que iba a llover, pero el agua no cayó hasta la madrugada. Al despertar, abrí las ventanas. El viento era fresco, los árboles se movían. Los pájaros cantaban; y era feliz, tan feliz como alguien venido de la antigua Grecia.

 

martes, 16 de abril de 2024

Los mismos caballos

 

Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el intento de comprender a mis padres. Uno puede comprender más a sus padres que a uno mismo, pensé. Pero no estaba seguro de eso porque mis impresiones tienden a cambiar y los pájaros sobre los muros a seguir. 

 

lunes, 15 de abril de 2024

El murmullo del pasto

 

Volví a los galpones de gallinas después de tanto tiempo. El camino que sale del pueblo estaba embarrado, pero continué sorprendido por la visión de la basura al costado del camino, y después crucé la ruta para comprar agua en una parrilla que tiene éxito entre motociclistas y gente que escapa de la ciudad. Mi idea era seguir tranquilo hasta los galpones. Pero, ya en pleno campo, al ver el cadáver de un zorro (o tal vez el de un gato, estaba tan aplastado que me fue imposible saberlo), me quedé apesadumbrado. Si bien una vez mi padre me comentó que morir será un recuerdo imposible, no dejaba de impresionarme ese cuerpo tan aplastado y podrido. Para distraerme, miré las piedritas en el camino y seguí hasta unos espinillos. Una vez sentado frente a ellos, tomando el agua, vi llegar unos pájaros negros que tienen un gorjeo muy dulce y andan en grupos de treinta a cincuenta. 

 

Casi enseguida, escuché un motor lejano: una avioneta pasaba entre las nubes. Acostado, cerré los ojos para escuchar cómo se perdía el sonido y gracias al viento solo quedaba el murmullo del pasto. Recién entonces tu cara estuvo de nuevo conmigo. 

 

domingo, 14 de abril de 2024

En el fondo del agua

 

 

Llovía en la calma del principio

de un invierno: una ramita casi negra 

siguió por el agua hasta chocar 

con el cordón de la vereda

y continuó viaje. 

 

Viene de los hielos del ártico,

dijiste.

 

Estábamos en un bar sobre la rambla.

El año nuevo llegaría pronto. 

 

De la mano, entre edificios 

emblemáticos, bajo los paraguas,

fuimos hasta una fuente muy grande 

para ver cómo el viento movía el agua. 

 

A un costado, un zorro blanco 

en un cartel nos enterneció. 

 

Y después vimos un círculo 

rodeado por serpientes celestes 

sobre un desierto de huesos. 

 

O al menos, veías esa imagen 

en el fondo del agua.

 

 

 

sábado, 13 de abril de 2024

Dentro de la catedral

 

 

Dentro de la catedral, 

fuimos hasta un costado 

donde había gente aburrida, 

pero no tantos como en la nave 

central. Nuestra intención era ver 

al obispo sobre el púlpito sermoneando

mientras los niños, a sus pies, 

esperaban la primera comunión. 

 

El momento tenía el tono 

que debíamos alejar de nosotros, 

pero era más fuerte nuestra intriga

por el espectáculo.  

 

Por entonces sabíamos 

que lo mejor era vivir en una isla 

rodeada de gigantes marinos.

 

Seres capaces de comer 

a los incautos que se acercasen 

a minar nuestras fuerzas. 

 

A la salida de la iglesia, 

nuestros hijos se complacieron 

con imitar los cantos de los zorzales. 

 

Nos miramos. Queríamos decir 

tantas cosas: que nos apena el paso 

del tiempo y montones de imágenes 

sobre un lugar donde se ve pasar el agua. 

Teros a lo lejos

  Porque hace mucho viste el fuego y el humo  desde los pastizales  acercándose a tu cuerpo.   Y desde entonces, una coraza  recibe la brea ...