domingo, 30 de diciembre de 2018

En el parque, cerca del War Memorial Museum, Auckland

Crecer con la mirada puesta
en un conjunto que se amplía
a nuestro alrededor en la medida
que dejamos que eso ocurra porque
podemos privilegiar sus ritmos
por sobre nuestros deseos más estrictos.


Aunque en verdad no hay punto que sea
demasiado estricto en la realidad,
pero nuestros miedos no quieren entenderlo:
creen que sus poderes sirven más
que la fuerza de la relajación.

Suponen que no podemos estar alerta
sin sentir una punzante necesidad
de sobrevivir, de no deleitarnos detrás
de un placer que, a la corta o a la larga,
podría caer sobre nosotros
con el tremendo poder que maravillosamente ostenta,
-siempre muy superior a nuestros cuerpos-,
que son débiles, haraganes, propensos
a dejarse llevar por las impresiones
más y mejor hilvanadas
por fantasías de distinto calibre.


Entender en profundidad
las dinámicas más elementales,
erigidas para defender nuestras parcelas,
es la tarea de una vida.

La función elemental
que debiera ocupar nuestro interés
es adelantarnos en algo
a lo que cada evento esencial,
que tiende a repetirse esquemáticamente,
nos propone cada día importante.

Y cada día importante es un día desafiante.
Y deberíamos celebrar cada ocasión.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Un olmo en el medio

1
Una imagen capaz de construir más pinturas que en su conjunto formen lo que nombramos cada día. Ese ímpetu por determinar ciertos lugares, ciertos límites.

Hablo del empeño que atraviesa nuestra fragilidad, de esos arranques, de esas figuras hermosas, en un punto sobrehumanas, que nos exigen replantearnos lo endeble, lo frágil, lo que llamamos realidad, composición o rareza del paisaje, o incluso denigrada quietud.


2
El estanque donde los animales permanecen es lánguido. Siempre ajenos a la mezquina maquinaria de nuestros pensamientos, nos miran.

Por lo que parece, han sido puestos para resaltar nuestras pobres acotaciones. Las miles de palabras para cada evento. Las miles de vueltas para afrontar lo que nos impacta.


3
Es difícil amanecer para el silencio; estar sin un deseo, un plan, un objetivo, algo que nos justifique, algo que nos dé un trozo de sentido. ¿Para qué vamos a mentirnos? Vivimos para una grandeza especial que nos permita descansar. Porque eso quisiéramos nada más, descansar, al fin, para el resto de la historia, plácidos.

¿Descansar para renovar fuerzas, y seguir, continuar en la búsqueda de algo?

Debemos aceptar eso. Admitir lo que con tanto esfuerzo hemos moldeado. Lo poco o lo mucho, sin llegar a un final, o a un punto de sosiego.


4
Cuando nos volvemos sobre los años, podemos entender incluso eso: podemos distanciarnos de lo perfecto, de lo absolutamente bello, del golpe, del hito impactante, y podemos caminar por la playa en medio de un día frío que termina con un viento incipiente.

Qué lindo! caminar después de una brutal tormenta, y no agregar nada a lo que sin un tono superlativo vemos.


5
La luz, con tiempo y trabajo, con su constancia, termina por abrazar al día.

La fascinación es el acto, lo será siempre. Aparece sobre la tierra y se ofrece, se vuelca sobre el agua, casi negra, exaltada por el viento, iluminada apenas por un sol que aparece entre las nubes, se anima a ser algo que crece y se abalanza, toca y la tocan, y llega a creer en su propia esencia, en su corazón, en sus rasgos como de miel.


6
¿Notás un acto amoroso que se desliza a través de nosotros y luego se pierde, y a veces reaparece en la forma de una contemplación?


7
Sus jardines son esencialmente felices. Los de la infancia; esas maneras de vivir las cosas, las fugaces historias. Desde chicos prestamos atención a cada fenómeno primordial y novedoso, en esencia, a lo fantástico y vasto, lo aún no experimentado y límpido, siempre listo para ser anunciado por nuestra figura, nuestra presencia y vida, ese tiempo fundamentalmente tiene cierta legendaria contundencia y por eso nos gusta.

8
Pero es cierto que después, una vez pasada la primera crisis resonante, ese tiempo pierde su devoción, se aparta de la novedad y de su poder para atraer a los ángeles.

Y ya no hay dialogo con los ángeles que nos rodean, con su magisterio, con sus voces y sus margaritas, unas altas, a la espera de las próximas lluvias, expectantes como nosotros.

La verdad es que no sabemos ya si hay una fugaz conciencia que atraviesa a las cosas. Pero sí que ellas nos pueden llegar a conmover.


9
¿Están armadas ellas, esas margaritas en función de sus recuerdos?

Se las cultivó con acciones de los cuerpos, con la materia y con el espíritu que viaja con la frecuencia que tiene la mente, sujeta como está, a ver la duración de esos grises atardeceres, silenciosos, esos días frecuentes, grandes, intensamente indelebles, erguidos como las mismas margaritas, dispuestos a agradecerlo todo, a mirar todo, a resonar con la expectante forma que tienen los zorros cuando merodean por los médanos, interesados por llegar a la orilla, deseosos de conocer la continuidad de las olas, dispuestos a sentir sus complejos latidos, blancos y provistos de una espuma que ofrece repetirse.

Hasta que unos y otros esperen con placer días y obras, y el despliegue inagotable de lo que tenemos enfrente, azul, celeste, las partes doradas, y las partes verdosas. Y lo abierto.


10
En lo profundo, las algas se mueven, animosas, así, bellas, al ritmo del océano, silencioso, como esas tardes que esperamos, lucidas en un fondo imaginado como una respuesta espléndida.

Qué buenos sería encontrar lo útil para todo los que nos toca, nos aborda y nos libera de esa construcción tan grande: la tristeza y la alegría. Las categorías.


11
Al discurso lo repetimos; lo hemos escuchado o de alguna forma nos lo han dicho. Hemos elegido ciertos caminos y los hemos seguido. Con dudas, dispuestos al cambio, a recibir más y mejor. Tenemos grabadas las torres soñadas como una convocante alga rodeada de agua.

domingo, 23 de diciembre de 2018

Eso que es y no vemos

No hay un espejo
ni una forma determinada y útil
para decir lo que permanece,
a lo lejos, innominado, de algún modo
a la espera de otra oportunidad,
de una vuelta, de un certero golpe
que afloje lo que todavía llevamos
cada vez que estamos a la espera
de conocer un poco más de él.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Una luz en nuestro entrecejo

Estábamos en un laberinto construido por nosotros mismos durante
años y años de paciente esfuerzo en el medio de una tristeza que me costaría
mucho describir. Hasta que de los cielos recibimos una luz que tocó nuestro entrecejo
y nos dejó una cereza dorada y poderosa. Y desde entonces
pudimos construir un mundo en nosotros y en el resto
plenamente distinto, más abierto y gozoso, y limpio, y manso.
¿Nosotros buscamos esa luz o hubo alguien que nos la concedió?
¿Pero cómo podríamos nosotros responder eso?

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Como si fuese un río dicen

Quisiéramos decir tantas cosas que en realidad no somos capaces de decir:
que nos apena el tiempo que se va y montones de ideas románticas,
estériles, todas ideas muy útiles para darnos la certeza que precisamos;
todavía no podemos alcanzar un conocimiento que dicen es alto,
hermoso, pleno, y otorga una adorable confianza en el devenir,
como si fueras un río dicen que es,
como la tierra dotada de más agua y más agua, agregan.

lunes, 17 de diciembre de 2018

Reflejos en el río

Ahora la luz quiere volverse
puro destello rozando las formas
cada vez más precisas de los objetos
esparcidos en el histórico cuadro
que admiramos en un barrio
remoto de la gran ciudad.

¿Hay una voz que nos obliga a pensar
en cosas que alteran nuestro descanso?

¿O es la cualidad de estar
la que nos impide establecer
una conexión más cercana
con lo expectante que reposa
en la inmensa y compleja dulzura
siempre cercana
y en nosotros distante?


miércoles, 12 de diciembre de 2018

Verde en la planta


¿Qué es la rutina que ensayamos
para no explicar el sentido
más profundo de nuestros actos?

 Las palomas en el tejado
ven con displicencia las gotas
sobre sus cuerpos.

Lo mismo pasa con la tristeza:
superarla nos exige encaminar
el poder que otorga la realidad
sobre el verde de la voluptuosa planta.

martes, 11 de diciembre de 2018

resultado esencial


Si pudiéramos juntar cada uno de esos avances
que significan tanto, y que de cierto modo
son tan poco, pero que pueden resultar
como una escultura que imanta el jardín soñado
por niños que vuelven para darle
un sentido a cada uno de nosotros,
los que permanecemos en la playa,
mientras anoche, con los primeros instantes
de un mundo que es distinto y de forma sinuosa
emerge desde las profundidades de una pureza
que siempre sigue a la espera
de la llegada de un insecto.

sábado, 8 de diciembre de 2018

pinturas antiguas


Cómo podríamos pintar 
el espacio donde las cosas, 
los sentimientos y los fines últimos
evocan a hombres que adoran
el acto y sus consecuencias?

jueves, 6 de diciembre de 2018

Destreza en el mundo

Si el poder más grande pertenece a los sistemas,
deberíamos aproximar nuestra vibración hacia los ríos
para ir en nuestras pequeñas balsas hasta lo que tiende
a ignorar las destrezas del mundo
y es capaz de soportar lo helado en nosotros.


lunes, 3 de diciembre de 2018

Marca y tiempo

En la noche de luna llena
cuando está todo quieto y uno en el jardín,
que es la historia completa de una vida,
busca dar un paso más,
advierte que no hay más que sinuosas líneas,
discursos, formas distintas de encarar lo mismo:
hay árboles, casas, calles, estrellas,
una luna llena, pájaros ahora en silencio,
a la espera de un nuevo día, y autos,
interminables, pasan a lo lejos,
en la ruta, en sintonía con una línea
que podríamos llamar: "La marca del tiempo."

Y por más nombres que ensayemos
lo mismo esos fenómenos seguirán ahí.
Y hombres y mujeres podrán hacer
su interpretación
en un intento de encontrar un sentido
que consideren verdadero
a tantas experiencias, fantasías,
estrellas, días, volúmenes atrayentes, rutas, cosas.

sábado, 1 de diciembre de 2018

Deseo de una tarde

Quisiéramos ambientar este lugar
con la fundición de las campanas
de cada uno de los pequeños pueblos
y hacer una escultura
para ir en la búsqueda de eso
que no podemos ver ni enunciar,
es más grande que nosotros y cambia todo
hasta dar con el sutil agradecimiento
de lo cercano y lejano.

Hablo de lo que podría ser,
es y no es, y que estará siempre,
para la completa adoración nuestra.

Podría pintarlas

  Frente al río iban unos patos en viaje. El viento era calmo. Una garza aprovechaba los últimos momentos para caminar por el agua. No inten...