Archivo del blog

jueves, 20 de diciembre de 2018

Una luz en nuestro entrecejo

Estábamos en un laberinto construido por nosotros mismos durante
años y años de paciente esfuerzo en el medio de una tristeza que me costaría
mucho describir. Hasta que de los cielos recibimos una luz que tocó nuestro entrecejo
y nos dejó una cereza dorada y poderosa. Y desde entonces
pudimos construir un mundo en nosotros y en el resto
plenamente distinto, más abierto y gozoso, y limpio, y manso.
¿Nosotros buscamos esa luz o hubo alguien que nos la concedió?
¿Pero cómo podríamos nosotros responder eso?

No hay comentarios:

Acrópolis

  Aún te creías capaz de realizar  un progreso importante. En tu infancia,  un lobo marino se acercaba  a tomar los peces  que ponías en la ...