jueves, 30 de junio de 2022

Tu encuentro con el papa

 

Al amanecer, te encontrabas de pronto alcanzado por una luz que tenía un calor tan intenso que casi te vencía. Un buitre sobrevolaba las alturas. El mar estaba calmo. No había nadie en la playa. O en realidad, a lo lejos, solo había un hombre que tenía una sotana blanca. Era el papa que cuando llegaba a donde vos estabas te bendecía sonriente. Y vos desafiante también lo bendecías. Seguro de que también tenías tus poderes... Pero ni bien lo hacías dudabas de tu insolencia. Así que en señal de perdón, te arrodillabas, y el papa seguía su camino, y comenzabas a rezar un Ave María mientras el buitre bajaba a unos metros tuyo para quedarse con vos mirando el mar.

miércoles, 29 de junio de 2022

Bajaba un ángel del cielo

 

Bajaba un ángel del cielo, un ángel que tenía una luz detrás y venía desde una pequeña nube, y te decía que todo lo que habías buscado en la vida se reducía a una manzana. Suponías entonces que te estaba hablando del placer, de tu dificultad para comer cuando habías recién nacido, y concluías que tenía que ver con tu gran voracidad sensorial. Pero él, como si hubiese escuchado tus pensamientos, agregaba: "La manzana no tiene nada que ver con eso que estás pensando..." Y a vos se te aparecía la imagen de la Virgen y te arrodillabas para que ese fuerza protectora entrase en vos. Pero se iba la imagen... De modo que te quedabas fijo en la manzana empezando a descreer de las palabras del ángel y a obsesionarte cada vez más con la belleza de esa manzana de un rojo brillante y también opaco. Y la veías en un cuadro con verdes, azules, en una mesa de un marrón casi amarillo y con un conjunto de árboles con hojas pequeñas y oscuras detrás.

martes, 28 de junio de 2022

Los hermanitos.

 


El mar estaba crispado. Los barcos pesqueros no habían salido por la tormenta. Ella y él estaban atrás de una cerca mirándote. Dos niños con cara triste que al parecer no hablaban. Serán mudos, pensabas, y para verificar eso los saludabas y ellos asentían con la cabeza. Pero como no estabas seguro si en efecto eran mudos, les preguntabas dónde quedaba la calle Artigas y en un español imperfecto te respondían que no sabían. De modo que no terminabas de concluir si te habían o no leído los labios. Así que les decías. Muchas gracias, que tengan un excelente día, y volvían a asentir con la cabeza. Entonces no te quedaba otra opción y te ibas furioso por tu falta de astucia para despejar la incógnita.

domingo, 26 de junio de 2022

En la cubierta del crucero

 

Estaban en la cubierta de un crucero mirando un iceberg. La gente estaba vestida como a principios del siglo XX. Varias gaviotas llegaban a las barandas y graznaban. El mar era de un azul tan intenso que no parecía líquido. Caían unos copos de nieve y ella aparecía de la nada, entre la gente, en bikini, y todos la miraban. De a poco algunos hombres se lanzaban a tocarla y ella los dejaba. Vos no sabías si sumarte o salir enojado hacia tu camarote. Los hombres seguían tocándole las piernas, la cola y los pechos y vos, cada vez más ansioso, no terminabas de saber qué hacer mientras las gaviotas graznaban cada vez más exaltadas.

sábado, 25 de junio de 2022

Una pequeña bandada de pájaros

Volvía al lugar donde trabajé tantos años y al principio me parecía todo igual. Pero pronto encontraba una diferencia: una inscripción en una pared lateral no demasiado visible que decía: Acá trabajó Lucas..., en letras rojas con bordes negros. Una inscripción con una caligrafía poco lograda; más bien el tipo de leyenda que he visto en ciertos lugares, siempre humildes, para homenajear a un joven muerto en una accidente de tránsito. 

El caso es que me quedaba un rato frente a la inscripción para sentir algo extraordinario. Pero nada así llegaba. Solo la necesidad agregar a mi nombre una pequeña bandada de pájaros.

viernes, 24 de junio de 2022

Sirenas o delfines

 

Soñaste con un mar quieto y azul donde se veían cabezas emergiendo,,, Desde la orilla, no sabías si eran de delfines o tal vez sirenas... Un cielo límpido acompañaba el cuadro donde no había más que una pequeña nube redondita casi en el centro. Sin embargo, tenías cierto malestar. Estabas en un lugar precioso pero tu cuerpo alojaba un pichón desnutrido en tu panza... Como sea, tu intención era superar eso. Para eso nadarías unos cien metros hasta donde estaban las cabezas de delfines o sirenas. Pero ni bien ponías un pie el agua, notabas que estaba helada...

jueves, 23 de junio de 2022

Un sueño cerca de Sorrento

 

Un idea fenomenal se te ocurría y la plasmabas enseguida. Te levantabas de la silla en esa terraza, que tenía todo el aspecto de pertenecer a una casa ubicada en lo alto de la costa Amalfitana, y simplemente ibas hacia una roca, que empezabas a moldear con tus manos, y en un rapto, una visión, una fuerza que no te pertenecía, pero que había elegido tu cuerpo y tu ser para encarnarse, hacías unas escultura para la posteridad. 

Te alejabas un poco a observarla. Estabas muy orgulloso de haber sido el vehículo para la creación de tamaña obra. Estabas feliz, no le ibas a decir a nadie que solo eras el vehículo de una fuerza descomunal. Sería tu secreto y, por lo visto, nunca hablaría esa fuerza divina. Aunque mejor pensado, conjeturabas, esa fuerza muy probablemente tomase algún tipo de venganza por tu altivez y codicia... Tal vez lo mejor sería ocultar la obra en una gruta y que sean otros, pasados los años, los que descubran tu supuesta obra magistral... Las alternativas eran bien diferentes y eso te angustiaba. Te conmovía al punto que ya no estabas seguro si había sido una suerte recibir esa descomunal fuerza creativa, que te había visitado un momento y luego ido.

miércoles, 22 de junio de 2022

Un águila que mira desde un poste

 

Me levanté después de soñar durante toda la noche acerca del evento que evoco hace tantos años. Por lo visto, así sería el resto de mi vida. Así ha quedado forjado mi destino, carácter y hasta misión en esta vida. Soñar cada noche acerca de ese evento para convertirlo en un águila que mira desde el poste de luz un potrero y de esa manera sabe lo que pasa en una amplia extensión de campo. 

Pero no, me dije, no puede ser verdad. En algún momento esa águila debe volar... Pero ahora que lo pienso, eso tal vez sea durante el día, porque en las noches hasta ahora el águila permanece inmutable en ese campo tan seco y llano...

martes, 21 de junio de 2022

El minotauro y el águila

 


Las gaviotas alrededor tuyo levantaban vuelo, el mar se escuchaba plácido. Estabas en una isla donde un viejo, parecido a tu abuelo, almorzaba en la galería de una posada sin nadie a la vista. Con cierta tristeza,  te decía que la isla tenía un laberinto que era peligroso, que lo mejor era evitar ese lugar. 

Pero vos, arrebatado, como poseído, le decías, Ahora voy a ver el lugar. Y una vez en la entrada, alguien dentro, con voz ronca te advertía: "Si entras acá te vas a convertir en un águila.." Pero continuando con tu arrebato, lo mismo entrabas al laberinto. 

Y apenas entrabas el minotauro, con la expresión de gravedad de tu abuelo, te invitaba a subir a su lomo, y en su lomo, por arte de magia, te convertías en un águila. Primero, apoyabas tus garras en el lomo del minotauro, levantabas vuelo y pronto, desde arriba, te preguntabas cómo habías vivido tanto tiempo al ras del suelo...

 



lunes, 20 de junio de 2022

Dos cardenales saltan en el pasto

 


Amanece. Dos cardenales saltan en el pasto. Seguro que no saben nada de los muchos otros pájaros que en los árboles cantan, que celebran el ascenso del sol. Van y vienen, en tu imaginación, contentos por la impronta que tiene el escenario. Alegres. Felices de ser parte de una representación esencial. 

domingo, 19 de junio de 2022

En la escena se ve el campo

 

Se termina un día de sol de invierno sin una gota de viento. En la escena se ve el campo. Hasta donde alcanza tu vista sigue habiendo campo. Pastizales y cada tanto montes de eucalipto dispersos. En uno de ellos cae el sol. A tu derecha, hay una fila de torres de alta tensión que representan inmensas esculturas modernas sobre arrozales secos. En ese lugar, se ven unos cuatro o cinco burros junto a varios ñandúes. El cielo tiene pequeñas nubes que arman un cuadro japonés. Un águila en un palo te mira. Dos cigüeñas más atrás levantan vuelo. Todo sería una obra de arte si pudieras llevarla a una gran ciudad para que millones la vean, en fila, cada uno desde su auto.

viernes, 17 de junio de 2022

Un cielo

 

No hay nada hoy que pertenezca a lo cotidiano. Los árboles, las plantas y los pájaros, se han vuelto hacia  el tiempo... Del cielo baja un puente de luz para que subamos a jugar un rato. Es el paraíso. Los perros muertos hace tiempo, los perros de nuestra infancia, se acercan a saludarnos.... Con ellos viene un hombre. Un guardia, al parecer. El cielo es la vuelta de las alegrías que fueron efímeras; se van a extender ahora..., nos dice. Y nos miramos con cierto espanto por lo extraño que resulta todo...

jueves, 16 de junio de 2022

Escena uno

 


Se ven esculturas blancas que parecen huesos y en cierra forma evocan grandes hielos. Pasan unos patos en hilera por detrás. Más abajo, se ve un azul, todo simula una escena del ártico, todo se levanta sobre un telón verde claro..., y aparece un hombre sobre una escultura para dimensionar la inmensidad de todo.

miércoles, 15 de junio de 2022

Ese hurón en el jardín vecino

 

 

Desde que viste a ese hurón en el jardín vecino al amanecer algo te impulsaba a ser como ese animalito que en las noches de luna llena, sobre un mar denso y brillante, busca ser dorado. 

martes, 14 de junio de 2022

Ajena a tu sueño

 

Si bien era primavera ese día todo el paisaje hablaba del invierno, del gris, de las nubes quietas arriba de árboles secos, de un pasto amarillento y de tonos púrpuras en el agua de un estanque que reflejaba al sol, que se perdía por una rendija de las nubes. Cerca tuyo unas hormigas iban y venían por una fila larguísima, las vacas pastaban. A lo lejos, se veía una hilera los patos. Ningún pájaro se escuchaba y ella dormía. Al parecer, ajena a esa visión tan pregnante...

lunes, 13 de junio de 2022

Aquel invierno

 

Ese invierno fue muy frío. Los perros ladraban continuamente afuera, suponíamos que por el hambre. No había otra opción que permanecer cerca del fuego de la chimenea. Los troncos ardían como lo más esperanzador que había en la tierra. Y al mismo tiempo eran lo más aterrador de todo: eran el mismísimo tiempo. Lo bueno era que teníamos la posibilidad de pasarnos el día mirándolos.

sábado, 11 de junio de 2022

El gran cactus

 

Tenía ganas de verte de nuevo un poco. De conversar con vos acerca de lo que sea, de lo antiguo y de lo nuevo. Incluso del futuro. Tenía ganas de estar otra vez en el desierto los primeros días del invierno y de seguir yendo como entonces al mismo lugar hasta la primavera, al borde del mismo río, acostados en la misma lona a la espera del tiempo que viene después de la siesta, atentos a los buitres en lo alto, cercanos a ese cactus inmenso que parece un ser humano.

jueves, 9 de junio de 2022

Otra noche de niebla

Otra noche de niebla y abandono en favor de la infamia de no saber bien el sentido de los sentimientos que circulan por tu cabeza. Siempre en un tránsito un tanto confuso con el cuerpo. Los buitres de la zona siguen dormidos, por suerte. Eso al menos. La fuente se siente con claridad y eso también es bueno. El silencio es completo: mucho mejor. La oscuridad, por lo tanto, se plantea en una medida más bonita. Vuelven los recuerdos de los cuadros que ayer viste en el museo. Cuadros de barcos antiguos en acciones de guerra, de conquista y luego, en la sala contigua, las tiernas vasijas y esculturas de los pueblos conquistados... Es la belleza, hermano, quisiera decirte, si me escucharas. Los modos que tiene el espíritu de ir...


miércoles, 8 de junio de 2022

Cuando despertaste en la madrugada

Cuando te despertaste en la madruga, tenías un terror antiguo, casi nunca tan cercano. Tu mundo entraba en una celda y en esa celda te tocaba vivir a la espera de algo que tal vez nunca iba a ocurrir porque implicaría asumir una pérdida de enorme. 

Y después, fijo en la niebla que cubría las calles, pensaste que de eso se trataba: de que sufriste una pérdida y, gracias a tu incapacidad de asumir ese dolor, desde entonces vivís en una celda, siempre atento a un gran murciélago que sobrevuela tu cabeza... Y te nacía cierto interés por ver mejor a el dichoso murciélago tan grande. Y notabas cierto brillo en sus grises. Te detenías a ver cómo llegaban con delicadeza al negro.

domingo, 5 de junio de 2022

Una sortija agitada

 

 

Sus padres dormían la siesta con la puerta cerrada, en la oscuridad, con el ventilador de techo y otro de piso al máximo. “No soportan la luz”, dijo ella, e imaginaste una sortija agitada por un hombre de guardapolvo azul al costado de la cama, mientras sus padres seguían dormidos o para entonces, tal vez, muertos. 

Y los frascos de perfume sobre la cómoda eran desparramados por ese mismo hombre que habías visto alguna vez en tu niñez, pero no sabrías decir dónde… 

sábado, 4 de junio de 2022

Cardos con puntas violáceas

 

Esos días a la hora de la siesta, solían bajar entre cardos con puntas violáceas para seguir por donde crecían unos frutos rojos en forma de bolitas muy apreciados por los zorzales. 

 

En la tierra helada

  Pero a los pocos días, andando por el jardín de tu casa, pisé unas hormigas y aparecieron de nuevo las tragedias que podrían tocarme en la...