Esos días a la hora de la siesta, solían bajar entre cardos con puntas violáceas para seguir por donde crecían unos frutos rojos en forma de bolitas muy apreciados por los zorzales.
Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...
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