jueves, 23 de junio de 2022

Un sueño cerca de Sorrento

 

Un idea fenomenal se te ocurría y la plasmabas enseguida. Te levantabas de la silla en esa terraza, que tenía todo el aspecto de pertenecer a una casa ubicada en lo alto de la costa Amalfitana, y simplemente ibas hacia una roca, que empezabas a moldear con tus manos, y en un rapto, una visión, una fuerza que no te pertenecía, pero que había elegido tu cuerpo y tu ser para encarnarse, hacías unas escultura para la posteridad. 

Te alejabas un poco a observarla. Estabas muy orgulloso de haber sido el vehículo para la creación de tamaña obra. Estabas feliz, no le ibas a decir a nadie que solo eras el vehículo de una fuerza descomunal. Sería tu secreto y, por lo visto, nunca hablaría esa fuerza divina. Aunque mejor pensado, conjeturabas, esa fuerza muy probablemente tomase algún tipo de venganza por tu altivez y codicia... Tal vez lo mejor sería ocultar la obra en una gruta y que sean otros, pasados los años, los que descubran tu supuesta obra magistral... Las alternativas eran bien diferentes y eso te angustiaba. Te conmovía al punto que ya no estabas seguro si había sido una suerte recibir esa descomunal fuerza creativa, que te había visitado un momento y luego ido.

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