sábado, 5 de febrero de 2022

Esa noche

 

*

Esa noche también estabas con el niño al que le gusta hablarte al oído, y ese niño, con insistencia, te pedía la sutil fuerza que eleva a los maizales.

 

Es que esa obsesión tomaba a tu cuerpo como si se fuera un territorio útil para desde ahí tomar otros espacios. Por eso ibas hacia el silencio. La tierra entera, decías, sería brillante cuando pudieras crear silencio.

 

 

 


No hay comentarios:

A la hora de vivir

  Estuve en la casa de las afueras de la ciudad. Durante la noche, las gotas sobre el techo de chapa siempre me producen la felicidad que ce...