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sábado, 5 de febrero de 2022

Esa noche

 

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Esa noche también estabas con el niño al que le gusta hablarte al oído, y ese niño, con insistencia, te pedía la sutil fuerza que eleva a los maizales.

 

Es que esa obsesión tomaba a tu cuerpo como si se fuera un territorio útil para desde ahí tomar otros espacios. Por eso ibas hacia el silencio. La tierra entera, decías, sería brillante cuando pudieras crear silencio.

 

 

 


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