*
Con las bicis a
un costado, caminaste en la oscuridad con tu hijo. Subieron a las bicis y le
preguntaste por qué ya no leía libros.
Ya nadie lee
libros, dijo, y el mar vino a llevarse el castillo de arena que habían
levantado en la orilla.
Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario