A veces pienso en todos esos años que pasamos trabajando en ese ministerio y me preguntó cómo aguantamos cada día de cada año. Pintábamos los fines de semana con la idea de progresar para salir de ese lugar. Pero no llegaba un progreso liberador ni nada parecido. Sin embargo, el paso del tiempo me hace ver que no importan demasiado las penas de un pasado remoto porque ellas también pierden sustancia.
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