De distintas maneras, cada día buscabas algo para superar un momento que sentías cada vez más frío. O al menos así sentías tu pecho que se enlazaba con una visión que aparecía cuando meditabas: en un espacio de pasto rodeado de árboles muy pegados había cuervos que te miraban al tiempo que te buscabas un sendero, una salida que no encontrabas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario