Y es más, ahora que hago memoria, en ese sueño reiterado, hubo una noche que apareció un hombre con el aspecto del ermitaño del tarot marsellés. Entró por la puerta de mi cuarto y me dijo: “Eso que hacen los Santos, el brindarse tanto al otro, es también ejercer un poder como hacen los ríos, los mares y los lagos…” Absorto en mi cama, asentí y el hombre siguió su camino ayudándose con un palo
No hay comentarios:
Publicar un comentario