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martes, 5 de diciembre de 2023

Para que el viento nos pegue en la cara

 

En ese tiempo, en nuestro balcón veíamos caer la lluvia sobre la caparazón de la tortuga que invernaba entre dos macetas. Y nuestra perra, cuando me acercaba a ver a la tortuga, venía a olfatearla. Durante esas tardes me ayudabas a preparar los colores porque ese tema me costaba. O en realidad, me impacientaba. Hasta que terminábamos y abrías las ventanas. Decías que para que el viento nos pegue en la cara. 

 

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