Ahora, te decía, solo nos queda pintar en un callejón que siempre tiene los mismos objetos. Y tiendo a creer que el mío es un esquema de trabajo similar al que tienen los mendigos cuando, echados en las veredas, silenciosos bajo las luces, a lo largo de las calles, miran pasar los autos y los colectivos al tiempo que las personas van y vienen mayormente ignorándolos.
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