miércoles, 28 de noviembre de 2012

Los animales que uno tiene

Me interesa la forma en que el deseo busca no su propio eje, sino el eje del sistema, que pertenece a otros, y que, en un orden demasiado evidente, pero en otro demasiado sutil, nos impide tomar contacto con esa parte que nos pertenece por definición, y es nuestra propia historia, nuestra percepción única y exclusiva del mundo. Nuestra voz. Nuestra vivencia. Todo eso que somos y que nadie, ni por asomo, podría calibrar en alguna medida posible. Animales en su jungla. Bichos que conforman un mundo propio, y que vuelan en una tierra dotada de manglares, sí, de lugares tan fantásticos y extraños que están alojados en cada uno de nosotros y, por las noches, o en momentos insospechados, afloran y quieren mostrarse a los otros. Son los animales fantásticos que cada cual tiene. Y, claro, los otros a veces ni se enteran de esas rarezas. Pero una vez más: la especialidad está en uno, y le pertenece por sobre lo que acontezca en otros confines. Hoy dormí abrazado a esos animales.

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