Cuarto Acto:
Afuera llovizna; la noche no llega a estar helada. Gira la cámara: un grupo de sesentones contemplan un pavo en una mesa bien arreglada; todos llevan puesto su frac. Aparece una sirvienta con una botella de champagne. Sirve, se inclina despacio, y mientras empieza a chupar una pata del pavo, mirando a la cámara, se levanta el delantal: es negro con blanco. Se corre la bombacha –concha bien depilada, tal como la imaginábamos-, y empieza a masturbarse. Hay un violín muy lánguido. La luz se concentra en los comensales. Se los ve felices mientras toman. Las luces se apagan. Hay fervorosos aplausos.
Archivo del blog
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
Los cuerpos
Me subo al auto. Antes, pago una suma que considero excesiva por el estacionamiento. Le pregunto al chico que atiende cuanto sale la hora. H...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
Sigue el ritmo de los días y las estaciones, con la alegría de quienes viven el instante como los pájaros, y así encuentra cada mañana un ...
-
Una vez levantado de la siesta, y luego de quedarme mirando el techo un buen rato, decidí que lo mejor sería terminar algunos dibujos que te...