Esa misma tarde, cuando por fin llegaste, puse un antiguo tronco sobre las ramas secas de un arbusto y ardió todo estrepitosamente. Ningún perro ladraba, ninguna nube evitaba su retirada y de nuevo estábamos juntos: los pájaros saltaban.
Esa mañana un pajarito saltaba por las ramas de un árbol del que desconocía el nombre. Las golondrinas se dispersaban y por momentos se un...
No hay comentarios:
Publicar un comentario