Eso debería decir en letras gigantes
en cada esquina, y a modo de explicación:
el éxito demanda mucha energía, y esa energía
se la quitamos al medio ambiente, al prójimo.
La felicidad en cambio precisa ecosistema.
Amanezco en el hotel en el medio de la reserva ecológica cercana a Iguazú. Las cosas parecen encontrar una calma. Sobre el fin de la tarde...
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