Siento unas ganas tremendas de sonreir y después llorar
sobre la tumba de todos esos que sufrieron lo indecible
bajo un tiempo que pasó no se sabe para qué
porque las plantas por todos lados siguieron creciendo
y las aves yendo como siempre, y los cementerios
recibiendo gente apesadumbrada por las pérdidas.
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martes, 31 de julio de 2012
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