Hay
gatos que se saben hermosos
y
por eso duermen en los altares
para
después, cuando amanezca,
sentarse
en la puertas donde
al sol son adorados.
En la orilla, veías el mar a la espera de una tormenta mientras tus hijos jugaban a un costado. Pensabas en tu padre y en sus éxitos. ...
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