Las bailarinas están exhaustas
las viejas voces de la tribu
lo mismo; las insinuaciones
de que nuevos días
esperan detrás de las nubes
las repiten en las iglesias
pero las iglesias están vacías.
Hay un mato negro sobre el
muerto que todavía nadie
ha llorado; las cosas por las
que esperamos la divinidad
de la palabra son elocuentes
pero carecen de fuerza
a la hora de destronar
los impulsos por crecer
por ir más allá
de todo lo conocido.
Archivo del blog
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El niño Florian y mi hijo
El joven que nos gestiona el alquiler del auto termina siendo una suerte de amigo. Joel Esteban nos dice que se llama. Curioso nombre. Habla...
- 
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
- 
Una vez levantado de la siesta, y luego de quedarme mirando el techo un buen rato, decidí que lo mejor sería terminar algunos dibujos que te...
- 
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario