A medida que el sol
se alza más y más,
los trinos se
apaciguan, o tal vez
es mi impresión la
que le asigna a las cosas
su carácter.
Las hormigas suben
para generar
una incógnita que
revela el conjunto
gracias al fondo y a las
sombras.
Tenemos una noción del paisaje.
O
un descanso en su faz práctica
que oscila entre lo
sugerido y lo oculto:
objetos tirados,
basura que puebla el pasto
en busca de una
armonía (que tal vez
le
otorgue al ánimo lo que tiene enfrente).
Hablo de un gris reflejado en la punta
de una lanza que va dirigida a un jabalí
que mira furioso arriba de una capa
de un rojo alto.
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