Desembocás en un
sendero que tiene
petiribiés a los
costados y termina
en la laguna
conocida donde los peces.
El lugar me evoca
los tiempos
cuando me perfumaba lo
suficiente
como para amar
a las sirenas.
Esos días tus padres volvían a organizar los tés de invierno con la chimenea prendida. Supongo que para imitar a tus abuelos cuando hace t...
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