Desembocás en un
sendero que tiene
petiribiés a los
costados y termina
en la laguna
conocida donde los peces.
El lugar me evoca
los tiempos
cuando me perfumaba lo
suficiente
como para amar
a las sirenas.
Amanezco en el hotel en el medio de la reserva ecológica cercana a Iguazú. Las cosas parecen encontrar una calma. Sobre el fin de la tarde...
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