Algo lo acompaña cada vez
que sale
y las pequeñas olas, sobre la arena
en donde los berberechos buscan
ocultarse,
con dulces intervalos, tocan
sus pies.
Son las seis y veintidós de la mañana. Me desperté por segunda vez en la noche, como tantas veces, inmerso en sueños implacables, continuos,...
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