Las pretensiones por describir la energía y sus potencias
no existen y ahora que lo hemos entrevisto,
les cuento: en este lugar, en la noche,
sigue suspendido un mar calmo.
Hay peces que rozando nuestras piernas,
nos evocan un cuadro, también oscuro,
con unas montañas tan pero tan bien pintadas
que son las de una niñez.
Y de pronto, gracias a nuestro empeño,
se vuelve el cuadro una cosa absolutamente maravillosa
que nos hace ser las personas que deseamos.
sábado, 16 de septiembre de 2017
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