Soñé que era un hombre capaz de decir
lo que pensaba al punto que otros tenían
un interés superlativo en mis ideas.
Y de ese modo, ellos, mis pensamientos,
quedaban justificados en una nube perenne
que adornaba nuestro amplio valle.
Y desde otros valles, otros hombres, venían a ver
mis inscripciones en el papel y la piedra.
Y mis trazos se volvían, en el medio de esa
reclusión bonita, y por fin segura,
figuras que iban como hijas mías.
Era yo un padre inmenso, enorme, luminoso,
alto y sobre todo pleno
de la quietud de los antiguos sabios.
Y me volvía una gran tortuga extrañamente blanca.
Y atrapado en ese gran caparazón maldecía a mi suerte
mientras numerosos parroquianos venían,
con voces graves y urticantes, a molestarme
con sus consultas e inquietudes urgentes,
y yo debía escucharlos debido a la vanidad
de mi tan bien lograda y cimentada fama.
domingo, 16 de septiembre de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sueño
Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
Creo que es mejor que les cuente un poco de Carola. Una premisa que no es sencilla porque mis percepciones cambiaron con los años de manera ...
-
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario