Soñé con un parque en donde la paz y la tranquilidad se extendían en el tiempo,
y lo mismo nuestros abrazos y nuestros besos. Y nuestras voces también
se volvían casi inaudibles. Todo estaba rodeado de hortensias
que crecían a la vera de un lago donde nadaban cisnes
que como nosotros languidecían en la felicidad de saber
que un momento de quietud puede ser también una realidad duradera.
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viernes, 21 de septiembre de 2018
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