Quisiera hablarles de una experiencia pacificadora,
plena y brillante como un delfín que salta en un día
en que el mar es un plato, y tiene en sí el don creativo
de ser padre, madre, hijo, y hasta un casi, querida
e imperceptible luz que se agiganta hasta tocar
lo que hay alrededor y puede volverse eso que toca.
Y no hay nada más que decir al respecto.
Ni imágenes capaces de volcarse
sobre las ramificaciones de ese sentimiento,
que está en algún lado ahora, y que buscamos conscientes
de que no hay una experiencia de ese tipo
si no decimos que vamos a alcanzarla.
plena y brillante como un delfín que salta en un día
en que el mar es un plato, y tiene en sí el don creativo
de ser padre, madre, hijo, y hasta un casi, querida
e imperceptible luz que se agiganta hasta tocar
lo que hay alrededor y puede volverse eso que toca.
Y no hay nada más que decir al respecto.
Ni imágenes capaces de volcarse
sobre las ramificaciones de ese sentimiento,
que está en algún lado ahora, y que buscamos conscientes
de que no hay una experiencia de ese tipo
si no decimos que vamos a alcanzarla.
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