¿Y si los sueños fuesen en realidad
mensajes de nuestro ángel guardián
deseoso de hacernos notar aquello
que no percibimos porque vamos aferrados
a las corazas que nos imponen
los sufrimientos caídos del cielo?
¿Y si cada significado que pudiésemos
extraer de ellos no fuese más que la cara
de una esfera divina que tiene infinitas caras
porque cambia a medida que Dios
permite fluir al tiempo?
Y más: ¿y si lo que llamamos Dios
no fuese más que un misterio
que debemos desentrañar,
no según su verdadera y siempre oculta esencia,
sino según nuestra capacidad de llegar
más allá de la atareada consciencia?
Archivo del blog
martes, 5 de marzo de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El examen
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
Una vez levantado de la siesta, y luego de quedarme mirando el techo un buen rato, decidí que lo mejor sería terminar algunos dibujos que te...
-
Viajo junto a un hombre pequeño, de mirada afable, con un gesto de humanidad comprensivo con el prójimo. O al menos lo supongo cuando lo s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario