viernes, 27 de diciembre de 2019

Primero fue el sentido

Escucho la homilía del arzobispo
en la Catedral de Madrid 
para navidad

y todo es bastante imaginable 

hasta que explica
-citando a San Juan- 
que primero no fue el verbo.

Según dice, la mejor interpretación 
del término logos, es que "primero 
fue el sentido", y fue el sentido 
el que hizo carne en Jesús.

Dios lo ofreció a nosotros
para que redima el pecado original.
Moisés trajo la ley, Jesús el amor.

Por eso el sentido es el amor.
Me parece interesante el discurso.

Su tono de voz es convincente,
y lo mismo su pasión 
cercana a pinturas 
extrañamente abstractas y coloridas, 
junto con el sol de invierno 
colándose por los ventanales.

Estamos siempre
construyendo sentidos 
para nuestros días, y para eso 
nos valemos de discursos
ideados por otros 

y destinados a verificar 
un sentido que estaría más allá 
de nosotros mismos.

Pero no logramos tener una verdad
más allá de nuestras construcciones.

El discurso no llega a ser un hecho.
Lo intentamos pero 
no nos podemos mentir.

Hasta que, con los años, 
advertimos que los discursos esconden
algún tipo de artilugio
destinado a traficar poder. 

Un proceso útil para los intereses 
que construyen sistemas 
más grandes que nosotros.

Y así, con esfuerzo,
vemos que la verdad, 
está en nuestra manos.

Y nos miramos
sin saber qué hacer o pensar.

Y frente a ese vacío, 
además de angustia,
sentimos una alegría
que en su pequeñez vive,
crece lentamente, 
y espera.

Una víbora luminosa
que convocamos 
cuando estamos frágiles.






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