jueves, 23 de abril de 2020

Placer de niño

Me meto con una bolsa de juguetes 
con forma de animales
en la bañadera
con unos seis o siete años
y siento un placer
imposible de describir
bajo ningún tipo de forma
o manera 
porque lo que en ese tiempo sentí
es imposible de sentir más
y es imposible de trasladar
como el sentimiento que era
a cualquier otra persona
e incluso para mí mismo
porque, como dije,
la sensación 
espontánea 
y real
excede
todo
menos
el tiempo
en el que ocurrió.

No hay comentarios:

Los mismos caballos

  Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...