Horas delicadas de una lluvia que sigue.
Agradezcamos eso como agradecemos
los inesperados golpes de la suerte.
O como festejamos un éxito en el centro
de nuestros más fuertes deseos.
Al final se trata de eso.
De tomar lo que está ante nosotros
y podemos tener en la medida
que estemos preparados para esa gracia.
No hay discursos ni visiones.
No hay nada en realidad
capaz de decirnos qué podemos
hacer para lograr tamaña hazaña.
Solo trabajar con buena fe
sobre uno mismo, y sobre uno mismo
construir lo que está en los otros
y en todos lados. Lo que puede ser
llamado energía, fuerza, Dios mismo.
martes, 14 de abril de 2020
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